Pan y tortillas, Juan Carlos no se detiene para sustentar su hogar

Juan Carlos un hombre a quien el día le comienza a las 5 de la mañana y le termina después de la puesta del sol

Gabriel Lagos | El Sol de Orizaba

  · sábado 23 de septiembre de 2023

Expone que en otras ocasiones el pan se le ha llegado a quedar en hasta un 30 por cierto, y ese tiene que salir a venderlo nuevamente en la tarde, para recuperar su inversión, aunque no haya ganancia / Foto: Margarito Pérez | Cuartoscuro

Orizaba. Ver. - “El panadero con el pan, el panadero con el pan” reza la estrofa de tan emotiva melodía que cobra vida al ser interpretada al estilo del inigualable Germán Valdés "Tin Tan".

Y es que quien no la escuchado, si es algo así como el himno de cada vendedor de pan, si ese hombre que día a día, en las primeras horas de la mañana le lleva las exquisitas piezas de pan para disfrutarlas en el desayuno, junto a un rico café, atole o té.

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¿A qué hora empieza a trabajar el panadero Juan Carlos?

Esta es la historia de Juan Carlos, un hombre a quien el día le comienza a las 5 de la mañana y le termina después de la puesta del sol.

“A esa hora ya tengo que estar listo para irme por el pan, contarlo y echarlo al canasto, para que a las 6 de la mañana ya empiece a recorrer las calles para venderlo”, cita un alegre comerciante.

Al día, Carlos dice vender más de 200 piezas de pan, entre dulce y de sal, es de los que dan el pan más barato en comparación con sus compañeros que llegan a dar la pieza hasta en 3 y 3.50 pesos.

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Lo mismo ocurre con el pan de sal, el bolillo lo vende a 2 pesos, cuando en otros lados lo dan en 2.50 pesos.

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“Y aun así la gente no compra, quiere más barato, pero ya no se puede dar más barato”, dice y explica que, en últimas fechas, su proveedor solo le daba a ganar 70 centavos por pieza de pan, los cuales se esfuman al comprar bolsa de plástico para llevar la mercancía.

Pero no solo en la bolsa se tienen que repartir los 70 centavos que le gana, sino que también en ocasiones tiene que dar mantenimiento a su triciclo, su alimentación y la aportación para el hogar.

“No siempre le ganó lo mismo, en estas fechas la venta del pan baja por los gastos en útiles escolares, es cuando el esfuerzo es hasta el triple para vender la misma cantidad de piezas, porque tengo que recorrer más distancia, abrir nuevas rutas y vender lo que normalmente se vende en un viaje, ya que los clientes normales están desgastados y hay que buscar clientes nuevos”, detalla.

Expone que en otras ocasiones el pan se le ha llegado a quedar en hasta un 30 por cierto, y ese tiene que salir a venderlo nuevamente en la tarde, para recuperar su inversión, aunque no haya ganancia.

A pesar de los contrastes, Juan Carlos es un hombre al que le gusta ser comerciante, su venta de pan la apoya al mediodía con la venta de tortilla, y día a día, dice, es grató atender a las personas, sobre todo, porque también ha encontrado clientes que ya no puede ir a la panadería por algún tipo de discapacidad o enfermedad, y ellos, resalta, vale la pena el recorrido, aun sea en medio de la lluvia o el frío.