Pandemia se propaga por imprudencia e irresponsabilidad: Cervantes Merino

Monseñor Eduardo Cervantes Merino, obispo de Orizaba, llamó a los católicos a poner lo que está de su parte para que la enfermedad se pueda controlar, pues “todos los días estamos en el pico de la pandemia”

Mayra Figueiras Hernández | El Sol de Orizaba

  · domingo 12 de julio de 2020

Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

Orizaba, Ver.- Monseñor Eduardo Cervantes Merino, obispo de Orizaba, recordó a los escépticos y a quienes no entienden, que el Covid-19 es una enfermedad que se propaga por la imprudencia y no cumplir con cosas tan sencillas como utilizar un cubreboca en la calle, a tomar conciencia del daño que provoca esa irresponsabilidad.

Señaló que el llamado a permanecer en casa tiene como objetivo evitar más contagios, “entiendo, hay que trabajar, hay que salir, pero que sea con todas las precauciones”, pidió.

Durante la homilía dominical, que se transmiten a través de las redes sociales de la Diócesis de Orizaba llamó a los católicos a poner lo que está de su parte para que la enfermedad se pueda controlar, pues “todos los días estamos en el pico de la pandemia”.

Llamó también a que la autoridad sanitaria ponga lo que le corresponde para que juntos se pueda superar este momento difícil que se vive.

Por su parte, el padre Helkyn Entíquez Báez, vocero de la Diócesis subrayó que la población debe asumir la responsabilidad de cuidar de su propia salud y hacerlo lo mejor que pueda desde nuestra trinchera.

Dijo que cada uno, asumiendo la responsabilidad propia con las medidas de prevención, se forma conciencia y se educa a la comunidad. De esa manera se contribuye a que el esfuerzo de todos quienes trabajan en los hospitales y el que hacen las mismas autoridades den frutos.

Si bien el cruce de información es muy importante, también lo son las estrategias que se aplican, “por eso, yo creo que no es tiempo de estar echando culpas sino de trabajar cada quien en lo que nos corresponde”, concluyó.

Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba/Foto: Miguel Castillo | El Sol de Orizaba