Orizaba, Ver.- Los trabajadores del volante resienten cada vez más los efectos de la pandemia, pues no solo afrontan la disminución de sus servicios en hasta un 70 por ciento, sino que quienes solicitaron préstamos para adquirir una unidad vehicular, no pueden acceder a ellos y al acercarse la fecha de pago de su póliza, la deuda los agobia.
Jairo Guarneros Sosa, representante del Grupo Regional Independiente de Taxistas de Orizaba (GRITO) señaló que, debido a la considerable disminución en la demanda de sus servicios, muchos ruleteros pararon sus unidades, los que continúan trabajando apenas sacan para lo básico, el resto de las responsabilidades que deben cubrir, como el pago de sus préstamos, quedó pendiente.
“Se están viendo muy complicados, cuando se le está venciendo la póliza de responsabilidad que es de cuatro mil a 5 mil pesos; también para renovar su licencia, porque son cerca de mil pesos”, dijo.
Aseveró que lo que hace el gobierno del estado, más que apoyar es simular que va a destinar 28 millones de pesos para los taxistas, pues ese recurso sería insuficiente.
“Es un absurdo y una contradicción. En los registros de las concesiones, pero sobre todo en el empadronamiento, al concesionario se le aceptó que se registrara con el engomado. Entonces, los consideran como conductores, pero para recibir un apoyo deben ser concesionarios; que se pongan de acuerdo, porque a mí me parece que ahí hay una contradicción, pues ser concesionarios no quiere decir que estén en mejores condiciones, son dos situaciones diferentes y los dos, en estos momentos, tienen las mismas necesidades”, aseveró.