Orizaba, Ver.- Fieles de la Diócesis de Orizaba participaron este Viernes Santo en el Viacrucis de manera diferente, desde casa. A consecuencia de la emergencia sanitaria, los templos permanecieron abiertos, con muy poca presencia de feligreses, ya que las parroquias y la misma catedral de San Miguel Arcángel lo trasmitieron en sus redes sociales.
El Viacrucis de la catedral tuvo la participación de religiosas, sacerdotes y laicos, quienes desde su confinamiento realizaron la lectura del Evangelio y meditación en cada una de las 14 estaciones del mismo.
Monseñor Eduardo Cervantes Merino, obispo de Orizaba, al término del mismo recordó que en Cristo Jesús fue abrazada la humanidad, pues desde su Cruz entregó su vida para reconciliarla con el Padre.
Oró porque ese acto piadoso, que se preparó de manera especial para vivirlo en casa dadas las circunstancias de la contingencia sanitaria, conceda a los cristianos crecer en la fe, “que aprendamos a ponernos en camino hacia Él, siguiendo a Cristo y que su palabra sea fuerza de vida y su entrega por la salvación de nosotros, motivo para seguir viviendo con alegría la fe en el Señor que nos impulsa a vivir con alegría y esperanza”.
Cabe resaltar que cada una de las estaciones tuvo una intención especial, pues se oró por las familias, por médicos y enfermeras, que a pesar del riesgo que corre su vida, atienden a los enfermos por Covid-19; por las familias que sufren por la desaparición o secuestro de algún integrante de su familia, por quienes flaquean en su fe a consecuencia del temor que genera la pandemia; por los sacerdotes, por quienes no conocen al Señor, por los padres preocupados por lo que viven sus hijos, por los enfermos, por las madres solteras que afrontan una doble tarea con sus hijos, por los papás, para que asuman con amor su misión.