Sumado al creciente fenómeno de protesta social que tuvo su mayor auge durante marzo, la violencia contra civiles es una de las principales tendencias de conflictos registrados en Veracruz, mismos que aumentaron durante el periodo de emergencia sanitaria, de acuerdo con el reporte de la organización estadounidense ACLED (Proyecto de Datos de Ubicación y Conflictos Armados).
El conjunto de datos aportados por ACLED —que muestra las tendencias clave en la violencia y las actividades de protesta en México— indica que en la entidad veracruzana del periodo 1 de enero al 16 de mayo de este año se registraron 273 eventos, los cuales fueron clasificados como 121 “protestas”, 104 “violencia contra civiles”, 26 “batallas”, 13 “desarrollo estratégico” y 9 “disturbios”.
Dichos eventos y conflictos ocurrieron en 67 ciudades, es decir, en el 32% de un total de 212 municipios veracruzanos.
Los mayores registros se observan en Veracruz (55), Xalapa (35), Coatzacoalcos (21), Córdoba (11), Acayucan y Cosoleacaque (8 eventos cada uno), Boca del Río y Fortín (6), Las Choapas, Papantla, Playa Vicente, Poza Rica y Papantla (cinco cada uno).
En la lista de cuatro casos cada uno se encuentran: Agua Dulce, Huatusco, Minatitlán, Omealca y Orizaba.
Asimismo, ocho municipios tuvieron tres eventos: Atoyac, Coatepec, Isla, Tierra Blanca, Mariano Escobedo, San Juan Evangelista, Ixtaczoquitlán y Jáltipan.
En Álamo Temapache, Amatlán de los Reyes, Camerino Z. Mendoza, Chinameca, Martínez de la Torre, San Andrés Tuxtla, Pánuco y Ozoluama de Mascareñas se registraron dos eventos respectivamente.
Mientras que 32 municipios tuvieron un conflicto: Atzalan, Tepaxtlaco, Huiloapan, Alvarado, Cotaxtla, Jamapa, Cosamaloapan, Tres Valles, Misantla, Yanga, La Antigua, Gutiérrez Zamora, Juan Rodríguez Clara, Tuxpan, Oteapan, Atzacan, Sayula de Alemán, Hidalgotitlán, Actopan, Ixhuatlancillo, Texistepec, Texcatepec, Cuichapa, Santiago Tuxtla, San Rafael, José Azueta, Tlapacoyan, Soledad de Doblado, Coscomatepec, Tezonapa, Tihuatlán y La Perla.
Dentro de los hallazgos se observa que, de enero al 16 de mayo, la violencia criminal tuvo una tendencia creciente, con mayor actividad en marzo y abril, luego de haberse declarado el estado de emergencia sanitaria.
En enero se registraron 16 casos catalogados como “violencia contra civiles”, de los cuales 15 fueron ataques y un caso por secuestro, perpetrados por grupos armados y pandillas “no identificadas”; asimismo, se registró un enfrentamiento armado, que en total sumaron 23 muertes.
Luego, en febrero, se registraron 20 eventos de violencia contra civiles, además de siete enfrentamientos armados, con un saldo de 32 decesos.
Mientras que en marzo, la suma de violencia contra civiles (25) y ocho batallas criminales, dieron como resultado 35 personas fallecidas.
Posteriormente, en abril, 32 casos de violencia criminal contra civiles y cuatro enfrentamientos arrojaron 38 muertos.
Hasta el 16 de mayo se había registrado la cifra total de 146 muertes derivado de ataques y enfrentamientos armados en la entidad.
Por otra parte, dentro de los datos clasificados por ACLED, en Veracruz se han registrado nueve disturbios violentos, de los cuales seis fueron intentos de linchamiento por parte de pobladores.
La protesta y los efectos del Covid-19
Las protestas —consideradas por ACLED como una manifestación pública contra una entidad política, gobierno o institución— iniciaron en enero con una cifra de 11 casos; luego, en febrero, la cifra subió a 19 manifestaciones pacíficas; en marzo, esta actividad creció de manera sustancial a 48 protestas, entre las que destacan los movimientos encabezados por mujeres y estudiantes que demandaron justicia ante casos de feminicidios y de violencia de género.
Asimismo, entre el 19 de marzo y 16 de mayo, las consecuencias generadas por la pandemia tuvieron su impacto en los diversos sectores sociales de Veracruz, así como en la actividad de los grupos delictivos, lo que llevó a un registro de 40 eventos relacionados con el Covid-19, suscitados en Xalapa, Coatepec, Veracruz, Córdoba, Orizaba, Coatzacoalcos, Boca del Río, Pánuco, Soledad de Doblado y La Perla.
De estos 40 eventos, 36 fueron protestas pacíficas encabezadas por los trabajadores de salud, sector educativo, de turismo, pasantes de enfermería, trabajadores independientes, comercio informal, comunidades rurales, pacientes con cáncer, taxistas y transportistas que demandaron medidas sanitarias, apoyos económicos y suministros médicos, principalmente.
Por parte de la actividad criminal, se desarrollaron tres eventos catalogados por ACLED de tipo “desarrollo estratégico” que se refiere a la actividad “a menudo no violenta dentro del contexto de conflictos y de guerra”, identificados con los casos de entregas de despensas en municipios veracruzanos por parte de grupos delictivos; así como un enfrentamiento armado.
El panorama nacional
De acuerdo con el balance de las tendencias realizado por ACLED, durante un año (del 16 de mayo de 2019 al 16 de mayo de 2020), en México se desarrollaron 7 mil 821 eventos (5 mil 623 casos de violencia contra civiles; mil 411 batallas, 773 disturbios y 14 explosiones o violencia remota), que dieron como saldo 8 mil 709 muertes.
A mediados de abril de este año, en el país hubo una reorientación de las fuerzas de seguridad para atender la emergencia de salud pública, lo que había representado una reducción inicial en el número de enfrentamientos entre los cárteles y fuerzas estatales; sin embargo, la delincuencia aprovechó el momento para intensificar las disputas territoriales y expandirse a nuevos territorios, lo que llevó a un aumento en los ataques contra las fuerzas de los estados.
Finalmente, el análisis de ACLED señala que a medida que la pandemia se prolongue y sus consecuencias económicas se intensifiquen, la violencia criminal “probablemente continuará aumentando”.
En resumen, los civiles tendrán que hacer frente tanto a la pandemia del Covid-19 como a una epidemia local de violencia.