Córdoba, Ver.- En la sociedad actual es cada vez más común ver personas tatuadas, desde un tatuaje pequeño hasta extremidades completas cubiertas por tinta, para el psicólogo Aldo Molina esto habla mucho de la salud emocional de la persona, que en algunos casos como el de Nadia es algo liberador y hasta catártico.
El tatuaje tiene una carga de estigmas muy fuerte, derivado de lo que en algún momento en la antigüedad se le relacionaba con conductas delictivas y con personas que estaban proscritas socialmente, sin embargo no es que sea realmente ese su origen.
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El psicólogo y conferencista Aldo Molina señala que en sus orígenes el tatuaje se le relacionaba con lo sagrado o como una asignatura del rango de ciertos grupos, los guerreros se tatuaban, los chamanes, pero posteriormente como es el capitalismo que lo consume y luego lo vende, se volvió un producto, pero en la actualidad esta actividad se le relaciona con una carga emocional muy fuerte.
“El tatuaje conlleva a una decisión que va a modificar a nuestro cuerpo de manera permanente y es una decisión que puede ser propia, estética, o de alguien que busca sentirse identificado, puede ser derivada de una carga psicológica o que va enfocada a simbolizar un momento en la vida que queda ahí y hay hasta los que tienen que ver por un proceso de duelo”, explica el especialista.
Algunas personas lo usan para expresar los sentimientos, superar la pérdida de una relación, el divorcio de los padres, para cuestiones de éxito, para designar la cara de los hijos, siempre hay una carga emocional, se esté consciente o no sobre lo que se está tatuando, e incluso afirma que a veces es una forma de cumplir un proceso de duelo.
“Sin embargo el tatuaje también puede ser una forma de autoagresión, de una forma impulsiva, bajo el consumo de drogas, la forma en que decides ponerte un tatuaje habla mucho del entorno, de la salud psicológica de la persona”, explica Aldo Molina.
¿Cómo es la experiencia para Nadia?
En la experiencia personal de Nadia, diseñadora y maestra de artes a sus 40 años, el tatuaje ha sido una forma de transformación, como un efecto de purgación que al vivir experiencias difíciles le ha ayudado salir adelante, al experimentar ese dolor que como plus tiene un resultado estético que la hacer ver y sentir bien.
“En primera es liberador de demasiadas emociones, cuando yo me tatúo es porque realmente pasa algo en mi vida que rompe la armonía o estoy pasando por una situación en donde no puedo contener mis emociones y al rayarme, cuando ejercen laceración en mi causa un efecto donde me esta doliendo lo que me están haciendo pero a la ves siento más lo que estoy viviendo”, explica.
Es en ese momento cuando ella eleva sus niveles de dolor emocional y físico ”y por ahí es por medio por donde purifico lo que siento suena medio loco pero es como una forma de transformación”.
Comenta es un efecto de purgación “es como si eso te fuera a laxar y sacaras todo lo negativo, el hecho de que te rayen es un dolor que estas experimentando de manera física pero que tienes que transformar en tu interior”.
En su testimonio, tiene mucho que ver la parte donde lo colocas, el diseño tiene significado pero a veces es estético, ella cuenta tiene algunos tatuajes que son parte de enfrentar sus miedos.
“Por ejemplo, yo tengo ciertos tatuajes como uno de una abeja que es por que tengo alergia a las abejas y es como para vencer mi temor a ellas. Algunos son puras flores y es más estético o son ornamentales”, afirma.
"La sensación de incertidumbre que sientes cuando llegas a sentarte ahí es que sabes que vas a experimentar cierto dolor" y es cuando tuvo una ruptura amorosa muy fuerte cuando se dio cuenta del verdadero significado para ella y aunque después de esto ha seguido decorando su piel por una forma más estética, sabe que un tatuaje forma parte de su interior.
Nota publicada en El Sol de Córdoba