Orizaba, Ver.- Desde hace más de seis años artistas locales dejaron de recrear locales la conocida leyenda de la Sirena de Ojo de Agua. Cada 24 de junio cuando las manecillas del reloj marcaban le media noche, decenas de curiosos llegaban al manantial para intentar observar a la mujer mitad pez, que decían los antepasados, ahí se aparecía.
Vecinos que crecieron escuchando esa leyenda de sus abuelos, cuentan que según les relataban, los días lluviosos y con neblina, en esa laguna aparecía una hermosa mujer con cola de pez. Quienes la veían quedaban hipnotizados por su rostro, figura, voz melodiosa y por las riquezas que cargaba entre sus manos en una jícara llena de joyas, que guardaba con recelo.
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Actualmente, en el centro del Ojo de Agua hay una estatua de la sirena que hace referencia a la leyenda que se relata entre vecinos, de que cada año, en los primeros minutos del 24 de junio, día de San Juan Bautista, surge en medio de las aguas cristalinas una sirena que atrae a los hombres y, quien se le acerca queda petrificado y convertido en piedra.
Abuelos relatan que aquellos que se aventuraban a admirarla y acercarse, caían rendidos a sus encantos, sin pensar lo que sucedería después. La joven se valía de su infinita hermosura para atraerlos y lograr que accedieran a ayudarla.
Doña Sol, una anciana que vive cerca del lugar, recuerda que sus padres y abuelos le contaban la leyenda de la Sirena de Ojo de Agua, que aparecía justo el día de San Juan en esa laguna que brota del manantial en las faldas del cerro de Escamela.
¿Cuál es la leyenda de la Sirena de Ojo de Agua?
Decían que a veces nadaba en el centro de la laguna y comenzaba a cantar. Su voz era tan hermosa que atraía a quienes caminaban por ahí. Cuentan que un joven fue hechizado por su voz y respondió a su llamado.
Describen que la sirena se acercó a la orilla y le pidió que la llevara en brazos hasta la iglesia de Santa Gertrudis que está en Oriente 6 esquina de Sur 43, junto al Cementerio Municipal y, como recompensa le daría las joyas que guardaba en la jícara.
"El hombre, hechizado por su belleza y voz, y también atraído por el regalo que recibiría, accedió sin pensarlo. La joven mujer sólo le puso una condición, que al llevarla en hombros no volteara a ningún lado, sólo podía observar al frente, pasara lo que pasara".
La cargó sobre su espalda pues era ligera, pero conforme se acercaba a la iglesia, la que habían escuchado como la melodiosa voz de la joven se transformó en un grito desgarrador y ensordecedor, además de que su cuerpo, que al principio sentía ligero, era una carga tan pesada que no podía sostenerlo.
Platican que esto hizo que volteara a ver a la sirena y se dio cuenta que la hermosa mujer se había convertido en una horrible criatura.
Sobre el fin de ese hombre hay muchas versiones, una de ellas dice que espantado huyó del lugar y jamás se volvió a saber de él; otros dicen que murió en ese instante, otros más, que se volvió loco y huyó, sin saberse nada de él.
Esta leyenda dejó de recrearse por jóvenes artistas de Orizaba, que atraían a decenas curiosos durante los primeros minutos del 24 de junio, el motivo, se desconoce. Si pasas en la madrugada de ese día cerca de Ojo de Agua y escuchas la melodiosa voz de una mujer, en la laguna, no hagas caso pues podía repetirse la tragedia de quien se dejó encantar por la ambición y hermosura de un ser sobrenatural.
