Canadá se ha convertido en el país ideal para muchos veracruzanos quienes ven en él una mejor oportunidad para desempeñarse profesionalmente u obtener mayores ingresos que les permita tener una mejor vida, pese a los sacrificios, esfuerzos o discriminación que deban enfrentar, en algunos casos.
María tiene 24 años y vive en Toronto, trabaja en una empresa de pintura y renovaciones. Es la segunda vez que decide irse a ese país del norte; la primera fue por un año y ésta en la que ya lleva siete meses ya no piensa en regresar a México.
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Estudió hasta el cuarto semestre de la licenciatura en Lengua Inglesa en la Facultad de Humanidades de la Universidad Veracruzana en Xalapa; dejó la escuela en un momento que no sabía exactamente qué rumbo tomar y tras meses de no tener una actividad fija, tomó la decisión de emigrar.
“Porque tú sabes que en cualquier lugar si no tienes una carrera, si no tienes palancas como le llamamos no puedes hacer algo bueno y no pasas de un sueldo de 100 o 150 pesos al día si bien te va. Un día estaba con mi mejor amiga que ya había estado aquí como medio año y me dijo ¿Y por qué no nos vamos a Canadá? Y como pudimos conseguimos todo y nos venimos porque queríamos centrarnos un poquito”.
La primera vez que salió de México con un permiso para poder entrar a Canadá hizo de todo y se encontró con múltiples oportunidades lo que notó como una gran diferencia de lo que ocurre en su país.
“Ese año (2020) como las cosas se pusieron muy feas por el Covid, las personas ya tenían como su gente aquí y no te dejaban entrar mucho a sus grupos por lo mismo porque aquí la pandemia estuvo muy fea y trabajé en construcción, demoliendo casas, manejando máquinas, limpieza de nieve, yo creo que estuve como en 12 cosas”.
Sin embargo, sí se encontró con casos de discriminación y machismo por ser mujer pues a ellas las encasillan en trabajos de limpieza o como lava platos y los hombres se pueden desempeñar en las áreas de construcción o demolición por lo que llegan a ganar más. Con el dinero que reunió en esa ocasión regresó a México con la meta de estudiar para Sobrecargo, lo que no se logró pues tuvo que invertir sus ganancias en otras necesidades y ese sueño quedó truncado.
Luego de eso, se fue a Jalisco donde vivía con su novia y empezó a trabajar en una fábrica de botas, pero el dinero era insuficiente y los problemas de inseguridad arreciaba por lo que por segunda ocasión decidió partir a Canadá.
Ahora, diariamente se levanta poco después de las 6 de la mañana para llegar a su trabajo, gana cerca de 2 mil 200 dólares a la quincena, que, aunque en México pudiera ser una buena cantidad, Toronto, donde vive, junto con Vancouver son de las ciudades más caras de allá lo que implica gastar más.
Lo más difícil para ella ha sido estar lejos de su familia y no participar de eventos especiales e incluso dolorosos; aun así, asegura que el sacrificio, comer comida fría, recibir insultos o discriminación vale la pena por poder ayudar a sus seres queridos y tener una mejor oportunidad de vida.
“Porque pasan fiestas, navidades,, cumpleaños incluso hasta pérdidas familiares y tú no puedes hacer nada porque dices si voy, después cómo regreso, eso es lo que más te pega, todos cuando llegamos aquí, todos llegamos a un momento donde nos da depresión, en este país se vive una soledad tan grande porque el clima les afecta, todo les afecta porque la mayoría del tiempo del año nieva y hace frío y la gente siempre anda como de mal humor y eso se contagia y lo más difícil es salir de la depresión en la que estamos metidos”.
Y es que pensar en regresar a Xalapa o México es también la incertidumbre de no tener un trabajo fijo ni bien remunerado, por lo que ha preferido tener lo necesario y apoyar a quienes más quiere: sus tres hermanitas y su mamá, pese a no estar cerca de ellas.
“Yo digo ‘claro, extraño a mi mamá, a mis hermanas, mis abues, mis amigos, extraño Xalapa, pero en principio, ¿en qué voy a trabajar? Si tengo una carrera a medias y no tengo palancas en ningún lado, qué hago con 150 pesos al día, no podré ayudar en nada a mi familia”.
Brian dejó México por seguridad y no piensa regresar
Brian Pizaña Reyes tiene 29 años y es originario de Poza Rica Veracruz, estudió Ingeniería Industrial en la Universidad del Golfo de México (UGM). Lleva 4 años en Vancouver, Canadá, actualmente es supervisor de una compañía de mantenimiento.
Decidió salir del país por su seguridad y las oportunidades que tiene fuera de México pues pese a que la gente decida estudiar, no siempre se puede tener un trabajo bien remunerado. “Pienso que muchas veces no está en uno el poder adquirir un buen puesto bien remunerado. La situación era o es muy complicada”.
Así como para María, lo más difícil para él de estar en otro país, es estar lejos de su familia, pero aun con el sacrificio que esto puede significar no piensa en regresar a México. “No pienso volver a México, solo por vacaciones cortas”, explica al asegurar que ha encontrado no solo una mejor vida, sino que ahora su pareja también está allá.
Al principio cuando llegó, reconoce que también fue complicado el idioma y poder solventar los costos tan altos de su estancia allá; sin embargo, subraya que sí le gusta vivir fuera de México.
Su familia apoyó su decisión desde el inicio y ahora lo animan a seguir adelante, lo que le da fuerza para seguir cumpliendo sus sueños.
“Las principales razones (por las que la gente abandona su país) son por la calidad de vida que encuentras precisamente aquí en Canadá, es un país con muchas oportunidades para superarte en distintas áreas de tu vida y la seguridad es la principal razón para vivir aquí. Además de lo bonito de su vegetación”, dice.
Ante esto, Brian sostiene que sí vale la pena estar lejos de la familia por lo que incluso tiene planes a futuro de poder adquirir su propia empresa y poder reclutar gente de México, así como brindar más fuentes de empleo.
“Muchas veces pareciera complicado venir a Canadá, pero no lo es, me gustaría ayudar en los trámites necesarios”.
¿Cuántos veracruzanos han emigrado a otro país?
Entre 2015 y 2020, un total de 277 mil 357 veracruzanos decidieron emigrar a otro país o estado, principalmente para reunirse con la familia y por ofertas de trabajo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los datos estadísticos refieren que 109 mil 090 veracruzanos eligieron emigrar con el objetivo de reunirse con sus familias; 40 mil 314 ciudadanos decidieron dejar la entidad por motivo de cambios u ofertas de trabajo; 34 mil 589 decidió salir para buscar trabajo; 33 mil 130 emigraron porque se casaron.
De igual manera, 27 mil 793 veracruzanos refirieron haber emigrado por “otra causa”; 19 mil 574 para estudiar; 8 mil 458 personas dejaron el estado por inseguridad delictiva o violencia y 585 por desastres naturales.
El Inegi también dio a conocer que mil 279 veracruzanos tuvo como causa de migración porque “lo deportaron”, 2 mil 545 por “causa no especificada”.
Aunque en los 212 municipios veracruzanos se registran movimientos migratorios hacia el exterior del país y la entidad, los diez municipios con los niveles más altos son Xalapa, Veracruz, Coatzacoalcos, Emiliano Zapata, Medellín de Bravo, Boca del Río, Tuxpan, Cosoleacaque, Córdoba y Orizaba.
La ciudad de Xalapa es el municipio que registra mayor intensidad de migración, con un registro de 21 mil 671 personas que decidieron irse a vivir a otro país o Estado.
En segundo lugar se ubica el municipio de Veracruz, con 20 mil 662 personas; le siguen Coatzacoalcos (10 mil 756), Emiliano Zapata (9 mil 156), Medellín de Bravo (7 mil 206), Boca del Río (6 mil 703), Tuxpan (6 mil 649), Cosoleacaque (6 mil 309), Córdoba (5 mil 527), Orizaba (5 mil 067), Poza Rica (4 mil 949), San Andrés Tuxtla (4 mil 350), Martínez de la Torre (3 mil 678), Minatitlán (3 mil 321) y Papantla (3 mil 262).
Con información de Fabiola González
Nota publicada en Diario de Xalapa