Orizaba, Ver.- Que un adolescente amenace de muerte a sus compañeros de salón puede tener muchos motivos, pero por cualquiera que estos sean ese tipo de expresiones no pueden quedar sin atención, afirmó la psicóloga Osiris Valdez Nápoles. Resaltó que los hijos son el reflejo de lo que se vive en el hogar y subrayó que nunca se debe esperar el segundo paso sino actuar de la manera necesaria.
Tras conocer el alertamiento que a través de las redes sociales hicieron padres de familia de alumnos del primer grado del Cetis 146 de Río Blanco, quienes pidieron la intervención de las autoridades educativas para atender las supuestas amenazas de uno de ellos en contra de sus hijos.
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“No tenemos que pasar por alto esos mensajes, porque existen muchos motivos por los que los pueden hacer. No sabemos si está pasando por alguna situación; no podemos saber cuándo es un juego y cuándo no lo es”, dijo.
Explicó que el acoso cibernético (o ciberacoso) recurre, como su nombre lo dice a la tecnología para amenazar, avergonzar, intimidar o criticar a otra persona y se considera como tal desde las amenazas en línea, textos groseros, agresivos o despectivos enviados por las plataformas sociales, comentarios publicados en Internet o mensajes: todo cuenta; también cuenta el “colgar” en Internet información, fotografías o vídeos de carácter personal para herir o avergonzar a otra persona.
Dijo que a veces, lo que parece ser acoso cibernético puede ocurrir de forma accidental. El carácter impersonal de los mensajes de texto, los comentarios que se publican en Internet y otras formas de comunicación en línea pueden hacer difícil distinguir entre un chiste y algo que no lo es, pero implica el uso de amenazas y/o insultos repetidos.
¿Qué debo hacer si recibo acoso cibernético?
A los adolescentes que pudieran llegar a vivir una situación de este tipo dio algunos tips para que sepan qué hacer:
- “Si alguien se está metiendo con tu integridad utilizando comentarios hirientes o si conoces a alguien que está siendo objeto de este tipo de comportamiento, no hay ningún motivo para que lo sufra en silencio, por lo contrario, debería informar sobre cualquier mensaje de texto, publicación o correo electrónico de carácter ofensivo que reciba o lea”.
- *Infórmalo a un adulto de confianza. Aunque te sientas avergonzado o tengas dudas de quién se podría tratar, el acoso puede empeorar, entonces es mejor no esperar.
- Puedes hablarlo con tu asesor escolar, un profesor de confianza o algún miembro de tu familia y si por la situación dejar de dormir o no te puedes concentrar, la terapia psicológica puede ayudar.
- *Aléjate. Lo que funciona con el acoso en persona, también funciona con el acoso cibernético, propio del mundo virtual. Ignorar al acosador es la mejor forma de extraerle su poder, aunque no siempre sea fácil hacerlo.
- *Si alguien te está molestando, prueba a no conectarte a la computadora o a apagar el teléfono durante un rato. No contestes y no reenvíes nunca el mensaje del acosador a otra persona.
- *No caigas en la tentación de responder o de contraatacar. Si te alejas y te tomas un respiro ante el acoso cibernético, no te dejarás llevar por la tentación de contraatacar y caer en una pelea virtual con el acosador, además de que responder cuando te sientes ofendido puede empeorar todavía más las cosas.
- *Aunque no sea una buena idea responder al acosador, es conveniente guardar pruebas del acoso. Esas podrán ayudar a demostrar el acoso, en caso necesario. No hace falta que conserves correos electrónicos agresivos u otro tipo de comunicados en un lugar donde los veas constantemente; puedes pedir a uno de tus padres que haga una copia y los guarde.
- *Bloquea al acosador. La mayoría de los dispositivos electrónicos disponen de funciones que permiten bloquear al o los acosadores.
Subrayó que el acoso cibernético también incluye aquellas fotografías, mensajes o páginas publicadas en Internet que no se eliminan o dan de baja, incluso después de que se le haya pedido que lo haga a la persona implicada. En otras palabras, es todo aquello que se publica en Internet con la intención de hacer daño, avergonzar o molestar a otra persona.
La intimidación o los comentarios despectivos que se centran en aspectos como el género, la religión, la orientación sexual, la raza o las diferencias físicas de las personas se consideran formas de discriminación, y van en contra de la ley en muchos estados. Esto implica que las fuerzas del orden público podrían intervenir y los acosadores podrían tener que afrontar sanciones graves.