Orizaba, Ver.- La violencia y la migración afectan a las familias no solamente por la preocupación o tristeza que genera la pérdida de uno de los miembros, sino por los resultados, por los efectos que tiene el dejar a niños sin padre, sin madre; sin la fuente de sustento familiar, aseveró el vocero de la Diócesis de Orizaba, Padre Helkyn Enríquez Báez.
Señaló que violentar la realidad de una familia es también hacer que emigren hacia otros lugares buscando la paz huyendo de la violencia; por eso la violencia se describe como algo dramático, como un flagelo, como algo que corroe la vida familiar y la sociedad. “Un hecho de violencia afecta a la comunidad que lo padece”, resaltó.
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En ese sentido es que la Iglesia Católica se suma al deseo de construir la paz mediante acciones con las que se une a lo que las instituciones correspondientes les van pidiendo.
“Sabemos que la construcción de la paz no es unilateral, debemos unirnos, porque se construye la paz en los centros escolares, en las familias, a través de las instituciones de gobierno buscando la unidad y la reconciliación y no la polarización”, destacó.
Resaltó que se construye la paz en la Iglesia por los mensajes que damos y que buscan la fraternidad, crear solidaridad; “se construye también a través de los medios de comunicación transmitiendo la verdad y buscando ser un medio que promueva la paz”, destacó.
Este domingo, en respuesta a la convocatoria de los Obispos del país, en la catedral de San Miguel Arcángel se dispondrá un lugar especial para las fotografías de desaparecidos y fallecidos por la violencia; pues es el lugar que preside la Diócesis, porque ahí celebra la Eucaristía Monseñor Eduardo Cervantes Merino.
Esto, dijo, se realizará en todas las misas e iglesias de la Diócesis, como signo; algunas lo harán en un día diferido, pero en esta misma semana.
Resaltó finalmente, que cada parroquia se organiza de acuerdo a lo que haya decidido su consejo y su decanato, de acuerdo con su realidad.