Orizaba, Ver.- La pandemia no solo evidenció cómo estaba la calidad de los servicios sanitarios en el país, sino que también provocó aspectos negativos a la sociedad, que resiente una fuerte crisis económica generada por el desempleo, por la pérdida de algún familiar fundamental en la economía e incluso una baja calidad educativa ocasionada por las limitaciones que afrontaron los estudiantes al cambiar el modo de recibir clases y que se observa en todos los niveles.
El padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis, señaló que, a pesar de estos aspectos negativos, desde la experiencia de la Iglesia, se han reforzado los signos de solidaridad en las distintas parroquias del territorio diocesano, para ayudar a quién no tenía empleo, para ayudar a los ancianos, a las personas vulnerables.
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“Esto es un signo de lo que el Papa Francisco nos ha pedido, vencer la lógica de la indiferencia que hoy existe en algunos gobiernos e instituciones que hacen como que una realidad no existe o la niegan. Negando la pobreza, la crisis, la violencia, no es como se puede mejorar”, aseveró.
Subrayó que Jesucristo no la evadió, por lo contrario, quiso asumir la naturaleza humana -menos el pecado- quiso vencer la injusticia y la lógica del tirano Herodes.
Resaltó que cuando el hombre deja entrar a Jesucristo en su corazón, con su ternura, con su paz, justicia y misericordia, transforma al individuo y lo hace también actor de la transformación social.
“Nuestra fe no es intimista, no se debe quedar encerrada en el templo o en el espíritu, se debe testimoniar y, los cristianos estamos llamados a colaborar en lo que Jesucristo inauguró, un reino de justicia, de paz, de fraternidad, que evite la polarización, la división; que reconozca la diferencia y acepte al pecador, pero que nos mueva a la plenitud humana, que nos llame y nos lleve a la transformación, eso es lo que nosotros llamamos: la conversión”.
¿Qué opina sobre la seguridad?
En materia de seguridad, dijo, también hay muchas deficiencias pues hay muchas familias que buscan a sus seres queridos, hay muchas personas desaparecidas o sin reconocer, en el Semefo, hay dolor en las familias por la falta de respuesta de quienes debían ayudarlos a localizar a sus seres amados.
Ante esto, concluyó, la Iglesia manifiesta solidaridad con el que sufre, así lo han expresado a quienes se acercan en busca de consuelo, que acoja su dolor, que se reconozca que están sufriendo y que no se genere más dolor con la indiferencia y el trato inhumano.