Orizaba, Ver.- La Hermana María de los Ángeles Rocha Morales, Misionera Guadalupana es ejemplo de entrega a la vida consagrada y de respuesta a los desafíos de su congregación en su época, menciona el obispo de Orizaba Eduardo Cervantes Merino, al celebrar la Misa de exequias de la religiosa.
En su homilía invitó a las religiosas de todas las congregaciones para que pidan su intercesión, impulsen su genio femenino y respondan a los desafíos de evangelización, de la construcción de su comunidad en la época que hoy les toca vivir, como ella respondió.
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A la comunidad de laicos que se congregó en la celebración que se efectuó en el convento de las Misioneras Guadalupanas, la animó a no quedarse paralizada, sino participar -a pesar de las limitaciones propias- y trabajar desde la vocación que cada uno tiene en hacer una Iglesia viva.
Dijo que ejemplos como el de la hermana María de los Ángeles hacen entender de dónde se toma la fuerza y energía para seguir en la alegría y respuesta que da el camino del Señor.
Y es que, agregó, sólo escuchando la voz del Señor se da respuesta a los desafíos desde la vocación específica que ha dado a cada uno, en medio de tantas propuestas que se presentan en la vida personal y de comunidad.
¿Cuándo nació la Hermana María de los Ángeles Rocha?
La Hermana María de los Ángeles nació en mayo de 1934, en Guanajuato. Ingresó al Instituto del 22 de marzo de 1953. Su primera profesión fue el 11 de agosto de 1856, tenía 67 años de vida consagrada y fue llamada a la Casa del Padre, a los 88 años.
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Fue parte del Primer Consejo General. El 26 de julio de 1954 fue electa secretaria general. Es considerada como cofundadora del Instituto. En el Primer Capítulo General Especial, en julio de 1973 fue electa secretaria general, en el Segundo Capítulo General Especial en agosto de 1979 fue nombrada Vicaria General.
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Fue fundadora del Interreligioso Rafael Guízar y Valencia de Orizaba en 1982, fundó la Casa de misión de Coatepec en 1958, donde estuvo ocho años; en casa Boca del Río estuvo ocho años y tres meses, en casa Cuitláhuac estuvo un año y ocho meses.
Fue maestra de novicias por primera vez en 1976 y de generaciones posteriores; estuvo a cargo de la Pastoral Vocacional y Juvenil a nivel Arquidiócesis; junto con el padre Andrés Vázquez organizaba los Pre-seminarios y Pre-vida.
Trabajó en las periferias de Orizaba en las colonias pertenecientes a la Parroquia de San Miguel Arcángel, a nivel decanal formó un Centro de Catequesis Familiar a nivel parroquial y junto con el padre Adrián Sánchez fue encargada de la Catequesis a nivel regional. La mayor parte de su vida estuvo en Orizaba.
Se le conocía como la Madre Milagros pues a pesar de lastimarse la columna en un accidente y tener como diagnóstico médico que no volvería a caminar, Dios se lo permitió. Descanse en paz.