Orizaba, Ver. - Un aumento de interés fue notorio en algunas ramas del arte durante la pandemia de Covid-19 pues la población buscaba entretenerse, afirmó Daniel Miranda Roque, artista visual e integrante del Colectivo CREA.
Desde la llegada del virus Sars-Cov-2, la parte del arte en torno a exposiciones, exhibiciones y muestras escénicas quedaron suspendidas, sin embargo, este colectivo formado por artistas orizabeños y de otros municipios cercanos a las Altas Montañas buscó la forma de empezar a crear la conciencia de la importancia de la danza contemporánea, la música y la pintura especialmente enfocado en el Body Paint, es decir el arte de pintar sobre el cuerpo humano.
"Creo que el arte fue lo que más se tomó pues la ociosidad pudo ser parte importante de despertar interés, un entretenimiento donde el cine, la música, la lectura y la danza jugaron parte importante", dijo.
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Como parte de esta motivación y el despertar el interés nuevamente en el arte, el Colectivo CREA realizó una pequeña muestra de lo que hacen y tomaron como escenario la Explanada principal de la Plaza Bicentenario en Orizaba donde a la vista de muchas personas, desde las 8:00 de la mañana y hasta las 4:40 de la tarde pintaron un mural colorido, así como darle color al cuerpo de los modelos y bailarines contemporáneos; Víctor Suárez Zayra Ponce y Nani Maldonado.
Los colores verde, rojo, negro, blanco, amarillo y naranja fueron en diversas escalas hasta formas variedades de contraste en el cuerpo de los bailarines, quienes al finalizar su body paint realizaron un performance de baile donde se apreciaba cómo se desprendían del mural y al finalizar volvían a su sitio creando el efecto de que el arte mueve y llama en todos los sentidos.
Miranda Roque comentó que actualmente se encuentra laborando en otros proyectos personales donde busca incursionar en el cine con cortometrajes y documentales.
"Todo el tiempo vamos a estar en movimiento, la mayoría somos de Orizaba y Córdoba pero también buscamos crear sinergia".
Al finalizar este arduo trabajo donde ante los ojos de algunos orizabeños y turistas crearon este performance, y entre aplausos y gritos, se vio finalizado el proceso de planeación que duró aproximadamente tres meses, ya que en enero de este año se pidió el permiso para ocupar el escenario de la plaza bicentenario.