Orizaba, VER.- La recaudación fiscal no es negativo en sí mismo, si la población percibiera que lo que se ingresa se ocupa para el mejoramiento de la infraestructura urbana, de carreteras, de escuelas, de programas de educación, de la seguridad e inversión, en los rubros que se necesitan para el desarrollo de las comunidades, afirmó el padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba.
Al referirse a la intención del Gobierno Federal de obtener en el 2023, en la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación un aumento de 9.9% mediante una mayor fiscalización a los contribuyentes dijo que con la política que actualmente se tiene, el riesgo que se corre es que sea aplicado para programas de asistencia que no ayudan al desarrollo de las comunidades.
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“Aquí es donde nuestros legisladores, que son los que aprueban en qué se ocupan los impuestos tendrían que vigilar y promover que sean aplicados en campos que ayuden al desarrollo de nuestro país”, aseveró.
De lo contrario, nada más se convierten en una carga para las personas que tienen que pagar impuestos y que ven reducidos sus ingresos por esas circunstancias.
Consideró que aumentar los impuestos posiblemente no sea la mejor medida, y sí lo sea incentivar las inversiones, ayudar a las micro y medianas empresas a fortalecerse mediante programas que desarrollo para la creación de más fuentes de empleo y combatir la crisis económica, que, aunque es mundial afecta también al país.
Por otra parte, sobre la desaparición de personas, aseveró que ésta es una realidad que resienten las comunidades de la Diócesis de Orizaba, donde cientos de familias viven el dolor y sufrimiento que ésta ocasiona.
Tras desapariciones, se acercan a iglesia por oración o consuelo
Tras conocer que, de acuerdo a las estadísticas de la Comisión Estatal de Búsqueda, la zona Centro ocupa el primer lugar en desapariciones, dijo que esas personas se acercan a la Iglesia a pedir, unos, oración; otros, a buscar consuelo ante la dramática realidad que van viviendo en la búsqueda de sus familiares.
“Sabemos que esto tiene sus implicaciones, trastorna la vida familiar, origina mucha preocupación, estrés, enfermedades, sufrimiento, carencias a las familias que padecen de este flagelo”, dijo.
Esas familias, agregó, no perciben que se incrementen las condiciones de seguridad y de paz, y con la zozobra de estar expuestos a sufrir el mismo dolor viven muchas más.
La Iglesia junto con esas familias es que las autoridades puedan garantizar la paz y la seguridad, para vivir tranquilas; “para que la procuración de justicia y la búsqueda de sus familiares se concreten y no queden en el olvido los que han desaparecido”; sólo así se logrará satisfacer las demandas de paz y de justicia de esas poblaciones, concluyó.