Acultzingo, Ver. - Sin cuantificarse las pérdidas, familias de las comunidades de Tecamalucan y Acatla perteneciente a Acultzingo, limpian sus casas y rescatan lo poco que el lodo no hecho a perder.
El tramo de la carretera federal Acultzingo - Tehuacán a la altura de Tecamalucan, las piedras y lodo tapaban una parte de las banquetas, pero fueron las casas las que sufrieron los estragos del desborde del Río Acatla y aunque no se tiene un censo de cuantas casas salieron dañadas y del monto económico que se perdió, los habitantes del sitio agradecen a la madre naturaleza que este desastre no pasó a mayores.
Negocios afectados
Sobre el punto, una barbería resultó con pérdidas que ascienden a poco más de 15 mil pesos, pues las máquinas para rasurar, sillones y otros elementos más de este giro comercial se mojaron, por lo resultaría inútil intentar contarlos, pues estaban mojados porque el agua alcanzó más del metro de alto.
El afectado, también comenta que su colchón nuevo se echó a perder por el agua y lodo, “estábamos durmiendo y cuando nos paramos el agua estaba a dos metros de llegar, unos policías me ayudaron; las máquinas me cuestan mil 500 pesos cada una”.
Junto a este establecimiento, está una Clínica Dental Integral, la cual fue alcanzada por el agua, quedando toda la instalación mojada, dañándola.
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“Se descompuso, quedó en el lodo, ya lavamos, pero si subió como 50 centímetros, la silla estaba con la base en el piso y sentimos que se echó a perder de los cables”.
Familia busca entre el lodo
Sobre la calle Úrsulo Galván de Tecamalucan donde una familia resultó con el patio de su vivienda inundada, sin que el agua llegara a afectar sus muebles.
En la zona de Acatla, la señora Natalia González García, platicó con el Sol de Orizaba y comentó que su vivienda se vio afectada por la crecida del río que llegó hasta su patio.
En este sitio se observan zapatos revueltos entre el lodo y la palizada que dejó el pasó del agua del río; la entrada a su casa quedó resbalosa, pero con preocupación permitió se tomarán fotografías de la situación en la que ahora vive.
Espera que esta situación natural no ocurra por la noche, toda vez que teme que su vivienda se vuelva a inundar y al bajar los pies de su cama, como esta mañana, sienta el agua hasta sus pantorrillas.
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