Mi abuela no terminó la escuela primaria, pero era un “hontanar” de sabiduría. Esa palabra ella me la enseñó. Dice que la leyó en un himnario de la iglesia católica que mi abuelo, que en paz descanse, le llevó a su casa. Significa “sitio en que nacen fuentes o manantiales”. Esa palabra me recuerda a Dios, añadió ese día, porque de Él nace todo. Quedé sorprendido de la explicación.
También la palabra “explicar” tiene un significado, arremetió. Viene del latín “explicare” y significa sacar de los pliegues, en referencia a los viejos manuscritos que estaban enrollados, entre plicas, entre pliegues, precisó. Hay palabras relacionadas como “implicar”, que significa “poner en pliegues”; “complicar”, “hacer muchos pliegues”; “desplegar”, “deshacer el pliegue” o “complejo”, “con pliegue”. —Ya, no exageres, me dijo, al ver mi cara con la boca abierta.
—¿Cómo sabes tanto, abuela?, le repliqué. Entonces me llevó a su biblioteca y me dijo que todos ellos le habían enseñado. —Sobre todo esta señora, María Moliner. Nació 50 años antes que yo, el mismo día, el 30 de marzo de 1900. —Ah, es verdad, tú eres del mismo día, pero de 1950. —Qué coincidencia, ¿no? —¿Y cómo la conociste? —Tu abuelo, ya sabes. Él trajo casi todos los libros que están en esta biblioteca. Decía que quería pasar su vejez aquí, en este rincón, pero se nos adelantó, me comentó con nostalgia, volteando la mirada, para que no descubriera sus ojos tristes.
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—Oye abuela ¿y tú crees en los extraterrestres?, le pregunté, luego de que científicos chinos detectaran posibles rastros de civilizaciones alienígenas. —Pues no hay que creer mucho en los chinos, ya ves que ellos no miran, ellos te espían, expresó sonriente, en broma, al referirse a sus ojos rasgados. —¿Y qué dicen esos chinos?, me cuestionó.
Ayer circuló una versión de descubrimientos que realizaron en 2020. Lo manejan con mucho misterio. Según que publicaron el informe el 14 de junio y luego lo retiraron. Era un boletín del Ministerio de Ciencia chino, “Science and Technology Daily”, le llaman en inglés. Ahí, un equipo de científicos de la Universidad Normal de Pekín, entre ellos el astrónomo Zhang Tonjie, captaron señales de una civilización extraterrestre. Todo esto lo hicieron a través del “Sky Eye”, un gran telescopio que tienen ubicado en el suroeste de la provincia de Guizhou.
—¿Tú que piensas abuela? Pues mira, yo no creo que allá atrás se acabe el mundo, como lo dijo hermosamente Elenita Poniatowska en La piel del cielo, un libro que debes leer, para que entiendas la profundidad de la mirada y del cosmos del que formamos parte. Si en la galaxia conocida sólo existiéramos nosotros, entonces nuestro Dios no sería el Dios que reconocemos. Si Él es un “hontanar”, significa que sus aguas de vida han creado muchos mundos y formas de vida.
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—Ah, no había pensado en eso. Pero ¿la Biblia habla de esto que dices?, repliqué. —No, cómo crees, respondió la abuela. Bueno, no lo dice directamente pero sí indirectamente, porque habla de la grandeza de Dios. Si Él creó este mundo en el que vivimos, ¿no sería capaz de crear otros mundos? Pero ya, deja de preguntar y vente a tomar este chocolate que preparé, con el niño envuelto que compré en La Providencia, aquí en la avenida Mártires 28 de agosto.
Publicado originalmente en Diario de Xalapa