Orizaba, Ver.- La repatriación de cadáveres es uno de los temas más sensibles para quienes tienen familiares en los Estados Unidos, pero también es económicamente muy costoso, por lo que la Casa del Migrante Puebla, que es la más cercana para esta zona, realiza la gestión y da apoyo a las familias, afirmó Jesús Torreblanca Guzmán, director de la misma. Dijo que cada año repatrian a poco más de 4 mil mexicanos que fallecen en ese país.
Mencionó que la experiencia les ha marcado el camino y saben que tener la información adecuada a tiempo puede evitar costos innecesarios y también generar ahorros importantes.
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Resaltó que la red que integran los 50 consulados que hay en toda la Unión Americana hace convenios con las funerarias.
Esa, agregó, es información con la que pueden acercar a las familias, no solo a los consulados –que es por donde tienen que pasar los trámites obligadamente- sino también con las agencias funerarias, que tienen cierto toque para cobrar por sus servicios. “Eso ayuda mucho a nuestros connacionales”, resaltó.
Dijo que ningún cuerpo se ha quedado en el vecino país del Norte, aunque por la pandemia sí detuvo los trámites de repatriación un poco, en el sentido de que sólo se permitían las cenizas, pero nuevamente se volvió a facilitar la repatriación de los cuerpos.
Cada año, dijo Torreblanca Guzmán, fallecen en los Estados Unidos de Norteamérica poco más de 4 mil mexicanos cuyos cuerpos son repatriados. Resaltó que el traslado de las cenizas es más económico, pero la idiosincrasia y costumbres de este país hace que las familias pidan la repatriación del cuerpo porque lo que quieren es verlo.
Añadió que, para lograr este fin, que sí resulta costoso, tratan de enlazar a la comunidad mexicana con instituciones como iglesias, clubes, federaciones y organizaciones latinas, para que entre todos ayuden con el traslado.
Reconoció que éste es un tema sensible y económicamente muy gravado, por ello gestionan que los gobiernos estatales y municipales se encarguen de cubrir los gastos desde que llegan al Aeropuerto de la Ciudad de México hasta la comunidad de origen.
“Lo demás es una gestión que hacemos por todos lados para tratar de juntar los recursos, unas veces son recursos propios, otras se obtienen tocando la puerta de federaciones, organizaciones y hasta boteando, para que el cuerpo pueda llegar a su lugar de origen y su familia lo despida de acuerdo con sus costumbres y tradiciones".