Orizaba, Ver.- El retorno a la vida pastoral ordinaria y a las celebraciones en la Diócesis de Orizaba será gradual y se apegará a las indicaciones tanto de autoridades civiles y de la secretaría de Salud en el estado, para evitar exponer a la feligresía a cualquier riesgo de contagio.
El obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, mediante un comunicado, dio a conocer que, aunque se prevé que podría ser a partir de la segunda quincena de agosto cuando puedan realizarse nuevamente las celebraciones, esto dependerá del comportamiento de la pandemia, pues actualmente Orizaba, que es sede de la Diócesis está en semáforo rojo por los casos positivos confirmados de Covid-19.
Actualmente, aunque los templos se mantienen abiertos, los sacerdotes continúan realizando las misas de forma privada; pero comienzan a diseñar con el apoyo de los consejos parroquiales, un plan para reanudar la celebración de misas con control de asistentes que pondrán en marcha cuando las autoridades sanitarias y civiles así lo determinen.
Sabedor de la crisis económica que resienten todos los sectores de la población, monseñor Cervantes Merino dispuso también cancelar la colecta por los sacerdotes enfermos, así como la que se hace para la Universidad Pontificia de México.
Y quedan pendientes las que se hacen para los santos lugares, el Seminario y el Óbolo de San Pedro, además de que anunció que la Colecta del Diezmo se realizará este año sin la modalidad del sorteo.