Río Blanco, Ver. - La crisis humanitaria que vive Venezuela impidió que Alba Rábago, volviera a su país de origen, por lo que, seguirá su camino y confía que sus padres y hermanos vivan lo menos precario posible.
Con la voz cortada, recuerda que hace dos meses salió de Venezuela y ahora es parte de la Caravana migrante “Jesucristo”, la cual ha continuado un trayecto largo llegando esta martes a Río Blanco, donde a lado de su esposo e hijos de 11 y 14 años, buscan llegar a Estado Unidos, para brindar a los suyos una mejor vida.
Señala que recientemente en Venezuela hubo elecciones y que esperaba un resultado que le permitiera regresar a su país; por lo que dijo que lamentó que no ganara María Corina Machado Parisca.
“Solo dios puede salvar a Venezuela, no hay medicamentos, no hay comida, y el sueldo que ganas en un mes solo te alcanza para comprar un kilo de harina o de arroz”, comentó la mujer.
Lamentó que en su país los asesinatos hayan cobrado mayor relevancia, por ello optó por el sueño americano, donde anhela darle a sus hijos estudios, ya que uno de ellos busca ser futbolista profesional.
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Con pocas pertenencias, dinero limitado, pero el corazón lleno de sueños, recuerda que en Venezuela tenía un local, sin especificar de qué tipo, pero fue el pago de cobro de piso lo que hizo que dejará su fuente de empleo empacando en una mochila sus sueños y los de su familia, para salir de Venezuela y buscar algo mejor.
Ella y sus hijos, a lado de su esposo, llevan más de dos meses caminando y aunque su sueño es llegar a Puebla, el anhelo es radicar en los Estados Unidos, poder trabajar, darle estudios a sus hijos y cumplir los sueños de los mismos.
Este martes dormirá con su familia en un lugar extraño a su país, con palabras que muchas veces no entiende y donde el dinero se está acabando; dice que su corazón se queda inquieto por aquellos familiares que dejó, pero que sabe volverá a ver y mantendrá comunicación, pero aun así la travesía qué le espera, sabe, es pesada.