Salvar vidas y ver morir, el difícil trabajo de ser enfermera

María Guadalupe ha visto partir a compañeros y conocidos, pues esta pandemia no perdona edad o profesión

Guadalupe Castillo | El Sol de Córdoba

  · lunes 13 de julio de 2020

Foto: Cortesía | María Guadalupe Martínez Barrientos

Cosamaloapan, Ver.- Los ojos y la voz son pieza clave para los pacientes que están en los diversos Módulos de Emergencias Respiratorias (MER) pues ellos son cuidados por las enfermeras que dejan en un resguardo a sus familias, actualmente ser enfermera es más complicado pues el ver el sufrimiento de los pacientes, su agonía y la soledad alejados de sus familias en sus últimos momentos, hace que cada día su labor sea más difícil que el llevar un traje especial por más de 8 horas.

María Guadalupe Martínez Barrientos, es originaria de Orizaba, pero su trabajo y la pasión por salvar vidas y resguardarlas en cuidado hizo que ahora lleva 5 años laborando en el hospital 35 de Cosamaloapan en el área de Emergencias Respiratorias, pues con 27 años de edad ha visto morir a sus pacientes y otros más salir delante de virus Covid-19.

Aunque su hospital no es del área Covid-19, existe este módulo especial donde se atienden a las personas con dificultades respiratorias que tienen la sintomatología en lo que se ve su traslado médico a Orizaba o Córdoba.

Hace años puso una pausa en la carrera de enfermería buscando incursionar en la psicología, sin embargo, pudo más su temple de salvar vidas y cuidar de quien más lo necesite, por ello, en el 2015 egresó de la Facultad de Enfermería de Orizaba.

Es gratificante ver como algunos pacientes son trasladados a los hospitales covid-19 y con el paso de los días saber que están bien o que por nuestros propios ojos volvamos a verlos, muchas veces nos agradecen los cuidados y dicen acordarse de nosotras por la voz y los ojos que es lo único que pueden identificar, dijo María Guadalupe.

Pero, así como hay casos de recuperación, muchos de estos tristemente llegan a fallecer ante sus ojos y cuando eso ocurre, las enfermeras se acercaron hasta ellos, les hablan, les dan consuelo y entre palabras, señas y gestos nos dejan mensajes para sus seres queridos, pues nosotras somos las últimas que ven.

El Hospital 35 de Cosamaloapan es pequeño, por eso en el área MER únicamente llegan a tener aproximadamente 6 pacientes por enfermera.

Contando con el respaldo y a la vez preocupación por parte de sus familiares, María decidió dejar un tiempo de lado su familia para poder hacer lo que de vocación aprendió, pues en ella cada día está el miedo de contagio, pero más fuerte son las ganas de salvar vidas.

“Cada que entramos a turno somos propensos, pero tenemos las medidas sanitarias necesarias para evitarnos el contagio, cuando salimos del módulo de emergencias respiratorias pedimos que nos sanitizan, nos quitamos el traje, procedemos a tirarlos y nos bañamos, al salir del hospital pasamos por el arco sanitizante y nos colocamos gel y cubrebocas”.

SU FAMILIA Y LA EMOTIVIDAD DE SU LABOR

María Guadalupe tiene una niña de nombre Natalia de 3 años de edad, quien ahora está en casa de sus abuelos paternos con su papá, pese a que habla con ella por vídeo llamada todos los días, lleva más de un mes sin verla y poder darle un abrazo.

Mi hija me dice que cuide, que me extraña, habla poco por la edad, pero por lo regular siempre es eso, me enseña dibujos de mi”.

En otro aspecto, mencionó que en ocasiones las trabajadoras sociales del Hospital les hacen entregas de cartas, dibujos, saludos o mensajes que los familiares les llevan, pues como se sabe independientemente de los doctores y enfermeras, nadie puede entrar a ese módulo.

Nos dicen que mandaron esta carta a tal paciente, si se encuentra estable el paciente la lee, sino nosotros las leemos, yo no he leído pero me han dicho o visto que ellas las leen y son emotivas, se pueden ver las cartas archivadas y eso motiva al paciente a salir adelante y luchar para vencer el virus”.

Sin pensar en atender a pacientes con sintomatología de Coronavirus, ha visto partir a compañeros y conocidos, pues esta pandemia no perdona edad o profesión, sin tener un dato exacto, acotó que han fallecido aproximadamente 20 personas de los cuales ella conoció a 4.

Esto es real, hace rato platicaba con mi mamá de que hay gente que no lo cree y realmente para mi es molesto porque yo convivo con esos pacientes infectados todos los días, los veo hasta morir y que salgas de una guardia pesada donde quizá murieron dos personas y escuches eso, es desgastante, es mejor cuidarnos ya que esto va para largo”.

INSUMOS Y TRAJES ESPECIALES

Como se sabe existen overoles especiales para la protección de las enfermeras y los doctores, pero, al menos en su delegación desde hace tiempo no cuentan con estos trajes por ello, quienes llegan a tener este insumo es porque sale de sus bolsillos el dinero para adquirirlos.

En el nosocomio de Cosamaloapan número 35, los trajes que ellas usan consta de: un overol, dos pares de botas quirúrgicas desechables, dos pares de guantes, gafas de protección, caretas, cubrebocas N95, gorro y una bata, “cuando ocupamos más guantes es porque se llegan a romper, tengo entendido que la normativa ya no marca el uso de overoles ahora son las batas y pues hacemos magia para usarlos y no quedar tan descubiertos.

Foto: Cortesía | María Guadalupe Martínez Barrientos

Para esta joven enfermera de 27 años, su vocación la está llevando a cabo, pues la pasión por su trabajo la está viendo reflejada en alejarse de lo que ella más ama en la vida que es su hija, pero sabe que en su labor al momento de graduarse prometió el salvar cuántas vidas le sea posible y eso es lo que sigue realizando.

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