Orizaba, Ver.- Una leyenda que se cuenta ocurrió en la década de los 80, relata que el General Ignacio de la Llave baja de su pedestal y camina durante la madrugada, por los pasillos de la alameda “Francisco Gabilondo Soler”. Cuando el reloj de la catedral marca la media noche el histórico personaje recorre desde el centro del parque hasta los arcos que marcan el acceso.
Fernando Sandoval, inquilino del patio de vecindad “3 de mayo”, ubicado en Sur 18, en las faldas del cerro del Borrego, narra que un día viajó al puerto de Veracruz y regresó por la madrugada a la ciudad.
Era una de las últimas noches de octubre, en la víspera de la festividad de los fieles difuntos. Llovía y había neblina. Descendió del autobús de la terminal de los AU y emprendió el regreso hacia su casa, por las calles desiertas de la ciudad.
Llegó a la alameda Cri-crí y decidió atravesar por ahí para llegar más rápido a su casa. Conforme se acercaba comenzó a sentir una sensación de angustia o temor, pero continuó su andar. Al aproximarse vio en las bancas a un grupo de soldados vestidos al estilo de la época de la Independencia. De sus bocas emanaba algo parecido a humo de cigarros o vaho, por el frío que se sentía a esas horas.
Abría y cerraba los ojos, mientras las gotas de lluvia escurrían por su rostro, que limpiaba con desesperación. De pronto, ante su vista apareció un hombre vestido de general, que al pasar por donde se encontraba el grupo de militares se levantaban y saludaban con la mano en la frente, como signo de respeto.
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El jefe militar caminaba firme, como marcando el paso y finalmente, con mucha parsimonia, se retiró para subirse al pedestal de mármol, donde se quedó inmóvil.
Con paso rápido y muerto de miedo, atravesó la alameda, que se le hizo muy larga, y no se detuvo ni volteó hasta que llegó a su casa, temiendo ver, si lo hacía, que era perseguido por los soldados o el general.
Al día siguiente, platicó a su esposa lo que había visto; tras escucharlo ella recordó que otros vecinos del patio ya le habían platicado que habían visto deambular al general durante la madrugada, en la alameda.