La tercera Sesión Ordinaria de la Diputación Permanente del Congreso local se convirtió en una batalla campal entre los legisladores de Morena y el PAN, y en la que hubo gritos, reclamos, jalones, empujones e incluso golpes. El motivo: la separación del cargo de manera temporal del Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz.
Lo que pretendía ser una sesión tranquila en la que únicamente se habían enlistado: una iniciativa, un dictamen, un proyecto de punto de acuerdo, tres anteproyectos y un pronunciamiento, se convirtió un espectáculo para los asistentes.
Como nunca antes había sucedido desde que inició la actual Legislatura, en noviembre de 2018, la sesión programada para las 16:00 horas empezó de manera puntual.
Evadiendo a la prensa y con evidente prisa, ingresaron a la sala “Venustiano Carranza” uno a uno los diputados de Morena, a fin de dar “madruguete” a los panistas, quienes llegaron puntuales, pero no lo suficiente para impedir que la orden del día fuera modificada.
La Junta de Coordinación Política (Jucopo), que dirige el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, envió la petición de dejar sin efecto la orden del día aprobada y, en cambio, considerar sólo la separación de Winckler Ortiz, lo que fue aceptado por la mayoría de los diputados presentes.
El secretario de la Mesa Directiva de la Diputación Permanente, Alexis Sánchez García, leía el documento de la Jucopo cuando la diputada panista, María Josefina Gamboa Torales, ingresó al recinto y se colocó en el pleno con la intención de contrarrestar la petición con la ayuda de su compañero de bancada Juan Manuel De Unanue Abascal.
El clima se tornó álgido cuando Sánchez García estaba leyendo el documento y Gamboa Torales junto a De Unanue Abascal intentaban detenerlo, lo que causó gritos de los diputados de Morena. “Llegaste tarde”, “ya se firmó el acuerdo” y “no te enteras”, fueron algunas de las frases en contra de la legisladora panista, a lo que ella respondió: “lo que ustedes digan y lo que me griten me vale ‘gorro’, lo que están haciendo es ilegal”.
La legisladora le pidió al presidente de la Mesa Directiva, José Manuel Pozos Castro, que le cediera la palabra, lo cual se le concedió hasta que el diputado Alexis Sánchez terminó de leer el documento.
Gamboa Torales señaló a los diputados de Morena que estaban haciendo un acto indebido y por lo que debían “pagar las consecuencias”, además de que pidió que se rechazara el documento.
Sin embargo, el reclamo no le valió para nada, por lo que con signo de violencia se levantó de la silla y le quitó al diputado presidente la campana con la cual se anuncia el inicio, final y la validez de una votación en el pleno del Congreso local. Ello, con la intención de que el proceso no se legalizara.
Sin importar ello, Pozos Castro pidió a los legisladores emitir la votación, con lo que todos los diputados de Morena que se encontraban en el recinto pasaron al área del pleno, seguidos por los representantes del PAN.
El hecho provocó que los gritos, intentos para evitar que se realizara la votación y señalamientos de ilegalidad se convirtieran en empujones, jalones, manoteos e incluso golpes.
En un cuadro, que quedó grabado por decenas de celulares y cámaras de video, se pudo captar por un lado a la diputada Cristina Alarcón Gutiérrez intentaba quitarle la campana a la panista María Josefina Gamboa Torales, quien, a su vez, peleaba y le gritaba a la diputada Deisy Juan Antonio que la dejara de jalar del brazo porque la estaba agrediendo.
Atrás de la silla principal del pleno, el panista Rodrigo García Escalante y el morenista Raymundo Andrade Rivera comenzaron a empujarse y llegaron a los golpes, por lo que fueron separados por los diputados Víctor Emmanuel Vargas Barrientos, Henri Christophe Gómez Sánchez y Wenceslao González Martínez.
Al generarse esta pelea y mientras los diputados emitían su voto diciendo su nombre y apellido, la coordinadora de la bancada mixta PRI-PVEM, Érika Ayala Ríos, que a su vez es vicepresidenta de la Diputación Permanente aprovechó para levantarse de la silla y hacerse a un lado.
Al liberarse el espacio el panista Omar Miranda Romero se acercó a Pozos Castro para reclamarle los hechos, pero fue interceptado por Juan Javier Gómez Cazarín, que del otro lado defendía al presidente del Congreso local, mismo que quedó en medio de la disputa.
A todos estos desencuentros se le suman los empujones y jalones que recibieron los representantes de los medios de comunicación, quienes fueron restringidos por el personal de seguridad del Congreso local.
Tras emitirse la votación hubo aplausos y gritos de los presentes, quienes aseguraron que se hizo justicia por Veracruz.