Orizaba, Ver.- Desde la Alameda Francisco Gabilondo Soler, un contingente de feligreses salieron rumbo a la Catedral por toda la calle Colón hasta la Catedral de San Miguel Arcángel para oír la misa de resurrección oficiada por el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino.
Con jinetes y estandartes de las diversas rectoras pertenecientes a la Catedral, es como poco a poco los feligreses ingresaron a la iglesia, tomaron un lugar en las bancas y escucharon atentamente la misa, mientras su vista se diría al altar mayor que resaltaba con flores amarillas y rojas así como helechos verdes.
Durante la homilía, el Obispo de la Diócesis de Orizaba recordó las intenciones de este año, enfocándose en aquellos jóvenes que estudian, trabajan, salen de su país por mejores oportunidades y por aquellos en los que los padres, la familia, amigos y la iglesia no han sabido orientar desviándolos en el camino del bien.
Cabe hacer mención que durante la misa estuvieron presentes los párrocos de las Rectorías de El Calvario, Santa María de los Cerditas y San Antonio de Padua así como el Vicario del Sagrario de la Catedral de San Miguel de Arcángel.
Cada uno de los representantes de rectoría tomaban la palabra para decir ciertas líneas dichas durante la misa, participando así de la ceremonia de resurrección, donde las imágenes religiosas lucieron sin telas blancas, que como es costumbre se cubre a los santos del altar mayor por la muerte de Jesús.
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Durante las intenciones, fueron nombrados los profesores y los catequistas, quienes de diversos puntos apoyan y orientan a la niñez y juventud, ya sea en valores y aprendizajes o bien en la fe y rescate de la humanidad, siendo un factor para reforzar, pues las decisiones que hoy día son tomadas por los niños, niñas y jóvenes están llevándolos por caminos qué van más allá de dar una solución.
Al centro del altar mayor, el cirio pascual yacía quieto y a la vista de todos los asistentes, quienes esperaban el momento para poder tomar la luz de la misma y encender sus velas de mano, algunas adornadas con tonalidades rojas y blancas.
Domingo de resurrección en Orizaba
Largas filas se hicieron entre los pasillos de la Catedral cuando fue el momento de consumir el cuerpo de Cristo, mismo que sigue siendo dado en las manos, evitando lo más posible el contacto de las manos con la boca, un proceso que tardó poco más des 20 minutos ya qué la iglesia estaba llena, teniendo incluso a gente parada y en las puertas escuchando la palabra.
Poco a poco la misa iba llegando al fin, no sin antes agradecer la participación del Coro a cargo del profesor Armando López Macid quienes con violín, piano, batería y diversas voces pusieron un toque especial a la ceremonia eucarística, acción qué fue reconocida por el obispo Eduardo Cervantes Merino.
Al finalizar, los catequistas de cada rectoría realizaron una convivencia en el atrio de la iglesia entregando a cada asistente un boleto qué era canjeando por una bolsa qué contenía alimentos, así como invitar a presenciar del show de payasos y los más pequeños a subirse a los brincolines.
No obstante, algunos otros feligreses, como los adultos mayores, permanecieron dentro de la Catedral para encender su vela del cirio pascual.
