ORIZABA, Ver.- La fiesta de la Virgen de Guadalupe este año fue distinta. Al Santuario de la Diócesis de Orizaba no llegaron peregrinaciones, ni hubo tumultos para entrar al templo a darle las gracias por los favores recibidos en el año. La celebración fue a distancia. Este año, la pandemia por SARS-CoV-2 impidió que a ese templo llegaran los miles de peregrinos provenientes de los seis decanatos que la conforman.
Con la cancelación de las peregrinaciones, que a finales de noviembre anunciaron el Obispo Eduardo Cervantes Merino y el párroco del Santuario Guadalupano La Concordia, Juan Carlos Villa Cañedo, como medida para evitar exponer a la población, cada párroco se dio a la tarea de realizar las celebraciones en honor a la Virgen conforme lo considerada oportuno, pero con la participación limitada de fieles y aplicación de los protocolos de desinfección.
El Santuario ya no recibía peregrinaciones programadas pues los devotos llegaban a cualquier hora y los sacerdotes que llegaban en apoyo al párroco y Vicario realizaban celebraciones litúrgicas breves para desahogar el templo, hoy lució vacío, sólo algunas personas llegaron al templo para hacer oración, agradecer o encomendarse a la Virgen que se colocó, desde el 1 de diciembre, en un altar, en el atrio, pues el acceso al templo está restringido con un filtro sanitario.
Las calles de la periferia también lucieron libres de los tradicionales puestos y escenarios de fotógrafos que con motivo de esta festividad se instalaban, a donde los peregrinos, después de dar gracias, pasaban a comer o a tomar la foto del recuerdo con sus hijos vestidos como San Juan Diego.
La víspera de la fiesta, por la tarde-noche algunas parroquias, entre ellas el Santuario Diocesano realizaron recorridos con la imagen de la Virgen, a bordo de vehículos, y dieron la bendición a los niños y las familias que salieron a la puerta o ventana de su casa.
En algunos templos los sacerdotes darán la bendición a los pequeños este sábado, en un horario específico y al aire libre, recordando a sus feligreses que la pandemia continúa y debían acatar las medias preventivas en todo momento, sobre todo, privilegiar la sana distancia.
Cabe recordar que el Obispo Eduardo Cervantes Merino invitó, como constantemente lo hace, a cuidar la salud propia y la de la familia y también a participar de las celebraciones a distancia, desde casa en compañía de su familia, a través de las redes sociales de su parroquia.
Incluso, a través la página de Buena Noticia, se dio a conocer que el Papa Francisco concedió otorgar la indulgencia plenaria a las familias que participaran de los festejos a la Guadalupana, desde casa.