Orizaba, Ver.- En lo social, educativo y laboral, las personas que padecen de alguna discapacidad se ven más limitados a expandir sus horizontes, por lo que es importante crear una inclusión desde casa, educando a las niñas y niños con valores de igualdad y respeto a sus prójimos señalan Zelma, Alin y Luz María, madres de niños con Síndrome de Down.
Zelma Hernández Contreras, es mamá de Mateo, quien tiene 5 años, ella narra que el aprendizaje de su hijo ha ido evolucionando, sin embargo, la falta de docentes en Educación Especial representa un mayor reto, pues la capacidad de estos llega a límites que no conocen u entienden, dijo.
Te puede interesar: Hay miedo y rechazo por el diagnóstico de "neurosis", ¿Conoces este padecimiento?
“La idea del hijo que tú quieres, de lo que harás o no harás, puede ser un golpe, ahora digo que estoy orgullosa de Mateo, de su evolución y sus logros, él vive en un mundo distinto, pero bonito, donde he aprendido a valorarlo, estos 5 años han sido de batallas no solo en la escuela, sino en la sociedad”, dijo.
Afirma que los mitos respecto al síndrome hacen que las limitaciones sociales sean más remarcadas para los niños y jóvenes que lo viven; aunado a que los mismos adultos no ayudan a los niños a respetar al prójimo.
Por su parte, Alin Fernández, es mamá de Mateo, quien tiene 8 años, platica que la educación de su hijo ha sido una dificultad luego de la pandemia de Covid-19, pues no hay muchos profesores preparados capacitados en el tema de la inclusión, “la inclusión es saber darles la bienvenida, como ayudarles y ser el brazo para explicarles a sus compañeros y padres de familia que quienes padecen de síndrome no tiene limitantes”.
Comenta que lamentablemente ha visto como en la calle las miradas se dirigen a su hijo, siendo para ella un alarmante social, pues ninguna persona con discapacidad debe de ser señalada u observada con extrañeza, “mi hijo nota como se le quedan viendo y me lo dice, me comenta que le da pena lo vean y eso afecta a su sociabilización, un aspecto que con Mateo hemos reforzado”.
Síguenos a través de Google News
Comparte su historia para visibilizar la situación que las niñas, niños y jóvenes que viven con síndrome de Down viven todos los días y no solo luchar por el Día Mundial del Síndrome de Down, sino que los 364 días restantes se apliquen valores como el respeto hacia el prójimo.
De igual forma, Luz Adriana Valenzuela es mamá de César de 10 años, narra que la fortaleza de su hijo es la convivencia con su familia, el ser el hermano del medio ayuda a que los otros dos miembros de su familia puedan darle el valor de hacer cosas con cierta precaución, pero sin limitarlo.
Cuando nació, expresa que tuvieron que hacerle un estudio de rostro donde se determinó un cromosoma de más, no obstante, el reto para esta familia fue desarrollarlo desde temprana edad, “encontramos una fundación en Córdoba donde lo atendieron y desde ahí mi hijo ha recibido educación academia, que sea feliz y amado por sus hermanos".
César estudia en una escuela inclusiva y como familia aplauden el hecho de que exista un día de recordar a este sector de la población, pero el resto de los días debe de lucharse por una inclusión con los niños de su edad.
Te puede interesar: Problemas de sociabilización aquejan a jóvenes de Secundaria y Bachillerato
¿Falta inclusión social para personas con alguna discapacidad en Orizaba?
Finalmente, Isabel Oyuki Nieto Zárate, representante de la asociación civil Trotamundos sin Límites, afirma que la inclusión dentro del ámbito de discapacidades debe de remarcarse no solo cuando sean días mundiales se visibilizarían, pues ha notado que la oportunidad laboral para ellos ha sido limitada.
Dato: Una persona de cada mil vive con Síndrome de Down, mientras que su calidad de vida, que era de 10 años, hoy llegan a tener 60 años.