Luis Hernández
Xalapa, Ver.-Ignacio Sánchez Palmeros, ha sido por varios años el encargado de llevar las riendas de selecciones veracruzanas de voleibol y ha sido gracias a los destacados resultados que ha logrado en diferentes campeonatos estales y nacionales en donde se ha presentado, por lo que ahora el país ve a Veracruz como potencia.
El entrenador sabe que a cada una de sus jugadoras le debe exigir al máximo en su entrenamiento, porque sabe que sólo buscando la perfección llegarán al éxito que siempre buscan los equipos que ha dirigido, entre ellos Xalapa Vip, de la escuela Carlos A. Carrillo, semillero de innumerables jugadoras que ahora ya forman parte de equipos de universidad.
En 2011, cuando se encontraba dirigiendo equipos de niños de volibol, le surgió la idea de formar un grupo con pequeñas niñas, para darles la oportunidad en el deporte de las “voleas”, por lo que se dio a la tarea de reunir la categoría 2002.
Dentro de ese cuadro se encontraba su pequeña hija Ailed Sánchez, que al pasar los años, se convirtió en pilar importante; ahora es una destacada deportista becada por la Universidad Anáhuac.
El entrenador reconoció que el tener a su hija como una de sus jugadoras implicaba muchas cosas. “Hay sentimientos encontrados en esa situación, porque, normalmente estoy acostumbrado a exigirle a las niñas por igual y de repente, cuando hay que exigirle a los hijos a veces te toca el corazón, pero el enojo o la exigencia es un poquito más fuerte”, reconoció.
Asimismo dijo que cuando se trata de un triunfo lo disfruta mucho, pero si el nivel que mostró su hija o hijo no fue el que esperaba, siente un poco de insatisfacción, aunque el resultado sea positivo.
“Es muy bonito estar con ella, los buenos resultados se disfrutan el doble, pero también a veces puede haber un buen resultado en el equipo, club o selección, pero sin los hijos no juegan al nivel que pensamos, pues se siente un poco de insatisfacción, aunque el resultado haya sido bueno”, dijo.
Señaló que ha escuchado que nos se puede ser padre y entrenador, pero él ha demostrado que sí es posible, ya que ahora su hijo también lo practica y “va con buenos resultados hasta ahorita y he podido hacer la dualidad sin problema”, indicó.
Recordó que su hija comenzó a jugar en el 2010 y que oficialmente fue en el 2011 cuando asistió con Veracruz a un nacional a Morelia al tener 11 años de edad.
Indicó que ese equipo que nació ha sido base de selección de Veracruz por varios años y han alcanzados medallas nacionales y estatales.
Los frutos entre padre e hija llegaron en 2013, al coronarse en Juegos Deportivos Escolares, por lo que la recompensa a tanto trabajo realizado entre ambos, se consolidó.
La forma de trabajar de ambos ha sida la correcta que continúan por el mismo camino que los ha llevado al éxito, por lo que ahora continuarán buscando alcanzar la victoria en el próximo evento Nacional de CONADE en donde Veracruz se presentará en Guadalajara 2021.
Ante esta situación, Ignacio Sánchez Palmeros se siente feliz por tener a sus dos hijos practicando ese deporte que les ha dado tantas alegrías, indicando que continuará apoyando a su hijos siempre, para que alcancen todo lo que se propongan.
Irán Cruz respalda a sus hijas en el deporte
El apoyo que reciben las atletas xalapeñas, Mayran e Ivana Cruz Hernández de su familia, ha sido fundamental para alcanzar los objetivos que se han puesto en sus carreras deportivas, aunque no ha sido fácil, han logrado posicionarse en sus disciplinas.
Irán Cruz, padre de ambas, fue jugador de futbol rápido de Selección UV de 1995 a 1999 y ahora junto a su esposa la profesora Lizbeth Hernández, brindan total respaldo y apoyo a Mayran, quien estudia la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la UANL, así como a Ivana, estudiante de tercer año de secundaria.
Cuenta que en 2011 por cuestiones de trabajo vivieron en Poza Rica, pero su esposa con sus hijas regresaron a Xalapa en 2016 y en 2017, Mayran recibió una oportunidad de entrenar en la Ciudad de México, por lo que luego de mantener una charla entre familia, decidieron emigrar a la capital.
Ya estando en otra ciudad, indica, que su hija se dedicó a entrenar en el Comité Olímpico Mexicano para competir en eventos nacionales en los que ha logrado ser de las más destacadas.
Ahora el recorrido que hace para llevarla a entrenar es de 45 minutos, pero eso no es impedimento para continuar dando ese apoyo y no dejará de hacerlo, ya que indica que es un orgullo realizarlo, porque “mis hijas son disciplinadas y constantes y las amo. Además a mi no me cuesta realizar esa labor”, indicó Irán.
Los triunfos que su hija logra, para él son una emoción incomparable y más verla cruzar la meta, porque sabe que cada segundo o centésima que baje en sus tiempos, es el producto de trabajo constante que está realizando Mayrán con su entrenadora Nayeli Aviña.
Por su parte la hija menor, Ivana, saltadora con vallas, también se encuentra en preparación para un evento nacional, por lo que igualmente está concentrada.
Ahora luego de cuatro años, la familia Cruz Hernández sigue avanzando con su líder de grupo, Irán Hernández, quien en todo momento está al pendiente de sus dos hijas y esposa, de quien recibe el respaldo necesario para darle la seguridad a sus deportistas que día a día se preparan a conciencia para enfrentar a sus rivales sobre la pista.
Irán aceptó que no ha sido fácil el cambiar de residencia, porque han encontrado muchos obstáculos, pero gracias a la unión que tienen, los han podido cruzar, aunque señalo no serán los únicos, están listos para continuar por el mismo camino que tomaron cuando decidieron cambiar de ciudad para apoyar inicialmente a su hija mayor y ahora la menor.
“Nunca dejaré de apoyarlas. Siempre estará al pendiente de ellas, porque son mi orgullo y como dije, lo que hago por ellas es con mucho amor y lo haré siempre”, finalizó.
Padre soltero pero lo da todo por sus hijos
Boca del Río, Ver.- Los tatuajes en sus brazos con los nombres de su esposa y sus hijos revelan el amor de un hombre que lucha por ser el mejor papá soltero tras quedar viudo. Hace siete años en un accidente de tránsito, José Antonio González Salamanca perdió a su esposa Arianna y estuvo a punto de perder también a su hijo Matteo quien tenía apenas 10 meses de edad y que resultó herido.
No fue fácil enfrentar la realidad de no volver a ver a su esposa y aunque una parte de él murió con ella, sus hijos fueron el motor para sobreponerse y seguir adelante.
“Voy a cumplir siete años que enviudé, mi esposa falleció en un accidente, yo sentía que todo se me vino encima, se me cerró todo mi mundo, yo no quería levantarme de la cama, no quería salir de mi casa ni hacer nada, pero mis hijos fueron los que me motivaron a seguir adelante, mi hija me dio mucha fortaleza a pesar de su corta edad, limpio mis lágrimas y me dijo que ya no lloráramos más que su mamá ya estaba con Dios y que siguiéramos adelante, me ha demostrado que es una niña muy fuerte y centrada”, relató.
Con la carga encima asumió el rol de mamá y papá pero su trabajo en el área de perforación de una importante empresa petrolera es muy demandante ya que debe ausentarse de casa hasta siete días y trasladarse hasta la zona de Tierra Blanca y tuvo que pedir apoyo de la familia para aligerar el peso.
Mi trabajo es demandante yo no estoy siete días en la casa y obviamente todo fue más difícil pero afortunadamente tengo el apoyo de mi mamá, mis hermanas, los papás de mi esposa, me han ayudado bastante pero cuando estoy en casa trato de disfrutar cada momento con mis hijos, mi hija dice que somos los tres mosqueteros porque ellos me tienen a mi y yo los tengo a ellos
Aunque no ha aprendido a cocinar, al menos mantiene la casa en orden y muy limpia, está pendiente de los estudios de sus hijos que ahora ya tienen 12 y 7 años. “Gracias a Dios aún tengo a mi mamá que me ayuda, apoyo en la escuela, tareas, jugar con ellos, mi tiempo de descanso me la paso completo con mis hijos, soy mamá y papá, estoy de lleno, ahorita con la pandemia casi no salimos, pero somos de andar de un lado a otro”, dijo.
Recordó que en algún momento de la vida llegó a platicar con su esposa de la posibilidad de que alguno de los dos faltara y se imaginaba que podía ser él, por el riesgo en el trabajo sin pensar que sería su esposa la que partiría primero.
Una triste posibilidad
“Cuando me iba a trabajar yo le daba algunas recomendaciones de qué hacer si algo me llegara a pasar, por mi trabajo en alguna ocasión lo llegue a pensar y le pedía que continuara con su vida, que no dejara a mis hijos, que prometiera cuidarlos siempre y atenderlos porque yo haría lo mismo y ella siempre me decía, tú qué sabes de la vida, me dices que te vas tú y no sabes si me iré yo primero y mira lo que es la vida, se fue ella primero”, recordó aún con dolor.
En sus días de descanso disfruta de largas horas de juego con sus hijos, tardes de película, domingos de fútbol pues en casa todos son americanistas y aún con el dolor en el alma por su esposa ha aprendido a vivir y seguir adelante.
En sus brazos tatuó los nombres de su esposa, Arianna y de sus hijos América y Matteo y está cumpliendo con la promesa de cuidar y atender a sus hijos.
“Estoy entregado con mis hijos, este domingo por el día del padre pensamos pasar el día con la familia, en mi caso mi papá también falleció cuando yo tenía tres años y mi mamá se quedó sola con mis hermanas y yo y ahora yo estoy pasando por lo mismo, pero repito el amor de la familia y mis hijos me ha hecho fuerte y también tengo el apoyo de los papás de mi esposa”, concluyó.
Con información de Ingrid Ruiz