Orizaba, Ver.- Más allá los incendios, el flagelo que más afecta al Parque Nacional Pico de Orizaba es la extracción ilegal de madera, localizado en la zona del municipio de La Perla, afirmó Luis Raúl Álvarez Oceguera, director del mismo.
Dijo que está práctica ya comienza a extenderse al municipio de Calcahualco. Agregó que lamentablemente cortan con más frecuencia árboles jóvenes.
Señaló que los incendios se registran con mayor frecuencia en el lado de Puebla, donde hay incursión de ganado hacia el Parque Nacional, pues el fuego se usa como un elemento para promover el brote de pastos.
Estas dos prácticas son irregulares porque en esa zona protegida no se permite el pastoreo y mucho menos el uso irresponsable del fuego.
Subrayó que la recurrencia de estas prácticas pueden poner en riesgo la capacidad del sistema para regresar, lo que llevaría a una situación de no retorno del principal recurso afectado como es el agua.
Al mismo tiempo, comentó que para conservar la fábrica del agua lo que se debe hacer es incorporar a los árboles a los procesos productivos, de tal manera que sí se hace la agricultura o ganadería se tengan doble propósito, es decir, con árboles intercalados. "Tenemos que reforestar necesariamente todos los espacios riparios (ríos), que se están perdiendo", dijo.
Añadió que hacerlo no sería tan complicado pues sólo se requerirá hacer un cambio de forma en cómo se relaciona el hombre con la naturaleza.
El Parque Nacional sigue teniendo bosques, pero son más jóvenes porque los árboles "abuelos" ya se los llevaron pues el fenómeno de la deforestación del Pico de Orizaba se registra desde el año 1900.
"El golpe más fuerte fue la construcción del ferrocarril, el mismo desarrollo de Orizaba y la zona fabril que cobró la factura a los bosques porque todo se movía a vapor. Sistemáticamente hemos estado sacando recursos de la montaña "y no se han hecho esfuerzos por regresar a la montaña algo de lo que nos ha dado", concluyó.