Orizaba, Ver. - Talleres de acrílico para uñas, amigurumis personajes hechos con estambre, pasta flexible, carpintería, corte y confección, bisutería y cocina están siendo para mujeres y hombres un impulso que les genera otro ingreso económico y así poder emprender un negocio próximamente.
En el caso de Rafaela, es una mujer de aproximadamente 60 años y ella se dedica a hacer figuras de fomi, mismas que vende entre sus amistades, pero espera que al poder finalizar todas las etapas del curso que toma dentro del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Orizaba, iniciar un negocio de lo que aprendió y así estar en su casa cuidando a sus nietos, mientras ella también aporta al gasto diario de su hogar.
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Como ella, otros varios ejemplos de vida son los que hay dentro de cada uno de los talleres que pueden conformarse de alrededor de 20 personas, sin importar la edad, pues estos cursos tienen como objetivo brindar a las familias de Orizaba una herramienta para que desde casa pueden emprender un pequeño negocio.
Si bien, la pandemia de Covid-19 dejo varios estragos económicos, estos talleres están teniendo realce, así lo dio a conocer una alumna del taller de corte y confección, quien a su corta edad decidió ingresar para poder tener dinero y pagar sus estudios sin descuidar sus responsabilidades escolares, mismas que la han llevado a avanzar al 5to semestre de su carrera profesional.
Exhiben lo aprendido en los talleres
Durante la tarde del domingo 11 de mayo, aproximadamente 25 alumnos de los diversos talleres dieron una muestra de lo que saben hacer y entre la venta de artículos hubo amigurumis o figuras tejidas qué forman a personajes como princesas, dinosaurios e incluso superhéroes, así como jabones y lociones para el cuerpo hechas de forma artesanal, bisutería como aretes, collares y pulseras.
En la parte baja de la Plaza Bicentenario, los talleres de cocina pusieron su carpa donde el aroma a dulce, el pepperoni de las pizzas y el queso de los hojaldres llamaron a diversas personas a poder comprar de estos artículos que fueron hechos por las manos de estas mujeres quienes en un futuro piensan poner su negocio.
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Como el caso de una señora originaria de la ciudad de Orizaba, quien lleva más de 6 meses en el taller de hojaldre y ha aprendido a hacer esta técnica en chiles rellenos de pollo o picadillo, así como los hojaldres y la masa para hacer pizzas.
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Ella en un futuro quiere poder tener un negocio en su casa y así aportar a la economía, de donde su hijo mayor se hace cargo.