TECAMALUCAN, Acultzingo, Ver.- Todos en Tecamalucan conocen a Don Ramón, un exmilitar en retiro que enfrentó a los presuntos secuestradores a tiros, matando a uno y dejando herido a otro. Más aún, todos en el pequeño pueblo respaldan la acción del hombre que el pasado 8 de diciembre haría la justicia en sus manos evitando que su hijo se convirtiera en una víctima más de la delincuencia que azota esta región de Veracruz.
Unos enormes árboles dan la bienvenida a Tecamalucan, una localidad de 4 mil 500 habitantes perteneciente al municipio de Acultzingo, en la zona conocida como Las Altas Montañas. Los imponentes laureles de la India fueron sembrados hace más de 100 años por los dueños de Hacienda de Tecamalucan -una de las primeras edificaciones de la región- y conservados años después con el reparto de ejidos a los pobladores.
Todo parece tranquilo en el pequeño pueblo, sin embargo, basta con mencionar el nombre de don Ramón para hacer brotar la efervescencia en la gente. Todos reclaman su libertad inmediata, respaldan la acción realizada e incluso, algunos van más allá y aseguran que él debe ser quien encabece la guardia comunitaria que se formará en Tecamalucan para protegerse de los delincuentes que azotan la zona. El exmilitar en retiro se ha convertido en el héroe del pueblo.
EL PERSONAJE
La historia de don Ramón es conocida por todos y la repiten a la menor provocación. "Es un hombre de campo, exmilitar que recibió el grito de auxilio de su hijo e hizo lo que cualquier padre o madre haría: defender la vida que ellos le dieron y que solo Dios puede quitarle", explica una mujer de 80 años, quien a pesar del frío riega sus plantas en la banqueta de su casa.
La mujer asegura que conoce a Ramón "N" de toda la vida, ya que su padre fue su padrino de bautizo y se crió cercana a él. Cuenta que era un muchacho del pueblo que en la juventud decidió iniciar una carrera militar. Su trabajo lo llevó a otras ciudades y tuvo diversos encargos; sin embargo, tras su jubilación regresó a Tecamalucan a vivir en su casa, a sembrar y a cantar acompañado de su guitarra. "Yo lo acababa de ver en una fiesta. Él estaba ahí con su guitarra y me dijo 'salúdame que soy Ramón'. A mí me dio mucha risa porque la verdad es que estaba muy oscuro y no lo reconocí, y no sólo a él sino que no reconocí a nadie de los invitados", cuenta entre risas. "Ya después nos quedamos platicando un rato y fue la última vez que lo vi antes del incidente", asegura.
El "incidente" -como lo llama la mujer- fue el supuesto intento de secuestro del hijo de don Ramón por parte de dos delincuentes y el asesinato de uno de ellos en manos del exmilitar. Los hechos ocurrieron el pasado domingo 8 de diciembre en Tecamalucan.
De acuerdo a algunos testigos, el joven alertó a su papá de lo que le estaba ocurriendo y éste tomó un rifle y disparó en contra de los agresores. Como resultado del ataque uno de ellos murió y el otro resultó lesionado. Minutos después arribaron elementos de seguridad que detuvieron a don Ramón, quien sin poner resistencia se dejó trasladar. Con el paso de los días, el reclamo popular y las acciones legales le permitieron a Ramón "N" abandonar el penal y actualmente lleva su proceso en su casa bajo el esquema de prisión domiciliaria.
"Me acuerdo muy bien que nosotros estábamos arreglando la ermita de la Virgen de Guadalupe, junto con mis sobrinas, porque iba a ser su fiesta. Cuando ellas ya se iban comienza a llegar el montón de policías, soldados y la Guardia Nacional. Nos espantamos todos y nos metimos a la casa", señala una vecina del lugar.
Explica que justo ese día ella había mencionado que el pueblo llevaba varios días en aparente tranquilidad, ya que no se sabía de secuestros o asaltos recientes y que muchas personas aseguraban que quizá las cosas ya se estaban componiendo en Tecamalucan. Sin embargo, las predicciones no fueron acertadas. El intento de secuestro y el asesinato de una persona rompieron con la calma.
"Ya después nos dijeron que querían secuestrar al hijo de Ramón y que este les había tirado y había matado a uno y herido a otro. Se lo llevaron enseguida sin preguntar los motivos, pero el pueblo que sabe cómo están las cosas aquí y por qué lo hizo... pues claro que lo apoyamos. Hasta cerraron las carreteras todos porque él es del pueblo y lo conocemos. No podemos decir nada malo de él", explicó.
EL POBLADO
Ubicada a 21 kilómetros del municipio de Orizaba y a poco menos de 200 de Xalapa, la localidad de Tecamalucan es un "pueblo con historia". En este sitio fue fundada una de las primeras tres escuelas normales que tuvo Veracruz y que años después fue trasladada a Xalapa, la capital del estado.
Quizá por eso, este pequeño pueblo conserva la vocación docente muy arraigada. Y es que -de acuerdo a los pobladores- buena parte de los profesionistas que existen en Tecamalucan han egresado de carreras relacionadas con la enseñanza y hoy son maestros. "A la gente de aquí le ha gustado enseñar, de mis tres hijos, dos son maestros. Una da clases en Acultzingo y el otro en Orizaba", asegura una mujer mientras muestra orgullosa una fotografía familiar en la pantalla de su teléfono celular. Ellos, los maestros del pueblo, han sido una de las principales víctimas de la delincuencia.
Sentada mientras espera fila para realizar un trámite ante la oficina itinerante del INE que se ubica en el salón ejidal, la mujer cuenta que a pesar de que es una localidad "pequeña", buena parte de los jóvenes de las nuevas generaciones han logrado realizar estudios universitarios o terminar carreras técnicas que les permiten ganarse la vida de manera honrada. Sin embargo, reconoce que la falta de oportunidades laborales y la búsqueda del "dinero fácil" ha llevado a algunos a dedicarse a la delincuencia.
Sin embargo, asegura enfática que la mayor cantidad de los responsables de los delitos son gente de fuera de su comunidad. "La verdad es que hay mucha gente que quiere trabajar y que está preparada pero va a buscar y no encuentra porque no hay. Así que se dedican a lo más fácil y a lo que les da dinero: asaltos secuestros, asesinatos. Todo. Aunque también puede ser gente que de plano no quiere trabajar", señala.
De acuerdo a los ciudadanos, en lo que va del año se han registrado al menos 30 secuestros y cientos de asaltos y robos en la pequeña localidad de apenas 4 mil 500 habitantes. A pesar de esto -asegura un ciudadano- no hay un solo registro de la detención de alguno de los delincuentes que realizan los robos a casa-habitación, balaceras, asaltos, extorsión, secuestros y asesinatos.
Por consiguiente los pobladores han dejado de creer en las autoridades y ahora ellos se procuran su seguridad. Acciones como un "toque de queda" autoimpuesto a partir de las 7 de la noche hasta la futura conformación de una guardia comunitaria, pasando por el ataque en supuesta defensa propia por parte de don Ramón, son algunas de las estrategias de seguridad que se aplican en Tecamalucan ante la indiferencia de las autoridades municipales, estatales y federales para atender lo que ellos califican de emergencia.
"Seguridad como tal no hay, lo que hay es presencia policiaca que es diferente. Hay elementos de la Policía Federal, Ejército Mexicano, Policía Estatal, IPAX, Fuerza Civil pero nunca detienen a nadie. Esto de los hechos delictivos aquí en la población es muy común, al grado de que la gente prefiere llegar a su casa y quedarse ahí desde temprano", señala.
El hombre -cuya identidad pide reservar- apunta que las víctimas de secuestros han dejado de ser "los ricos" y que actualmente los delincuentes "agarran parejo". Prueba de ello son los más de 30 maestros, productores y comerciantes que han sido secuestrados en lo que va del 2019.
Otra de las estrategias para hacer frente a la delincuencia ha sido la migración. Autoridades apuntan que existen en Tecamalucan decenas de casas y negocios abandonados debido a los secuestros y extorsiones que han sufrido. Incluso, la plusvalía de la localidad ha bajado considerablemente pasando de 700 a 250 pesos por metro cuadrado el precio de los terrenos. "Ya nadie quiere asentarse aquí por eso".