Adolescentes y adultos jóvenes son los grupos con mayor riesgo de presentar fatiga pandémica, agotamiento físico y emocional generado por la restricción y la dificultad de adaptarse a los cambios propiciados por la pandemia de Covid-19, explica el psiquiatra Alejandro Sánchez-Hidalgo Hernández.
La fatiga pandémica, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, está asociada a la angustia, preocupación por la enfermedad, cansancio, desmotivación, depresión, estrés y temor, sin embargo, el médico aclara en entrevista que también puede verse de otras formas.
Hay personas que tienen maneras muy particulares de enfrentar el miedo, como asegurar que no pasa nada o que se trata de un invento. Así, deciden salir a la calle sin cuidarse, pero podría ser resultado de una fatiga, precisa.
También, añade, habrá quienes ya se confinaron un tiempo y como no aguantan más, resultado del agotamiento, tienen cambios bruscos de conducta y actúan como si no hubiera ninguna restricción, incluso con una idea en la mente: “De algo me he de morir”.
Y es que la OMS advierte que “la fatiga pandémica es una respuesta natural y esperada a una crisis de salud pública prolongada, sobre todo porque la gravedad y la escala de la contingencia sanitaria ha exigido la implementación de medidas invasivas con impactos sin precedentes en la vida diaria de todos”.
Al respecto, el psiquiatra apunta que si bien son más vulnerables quienes están en etapas escolares, también lo son las personas en edad productiva o los adultos mayores con una dinámica de socialización muy intensa.
Por ser el costo no adaptativo a las circunstancias dramáticas cambiantes en un periodo corto y algo que sucede por una enfermedad a nivel mundial se le da un nombre especial, pero, precisa, en otros momentos se haría referencia a “estrés agudo” o “reacción adaptativa”.
Cualquiera que sea el caso, Alejandro Sánchez-Hidalgo enfatiza en la importancia de cuidar la salud mental e iniciar o reforzar el aprendizaje de reconocer las emociones para gestionarlas de la mejor forma.
¿CÓMO LA EVITAMOS?
Algunas de las estrategias de cuidado que el psiquiatra enumera son: mantenerse adecuadamente informado; tener claras las medidas efectivas de cuidado, que son el uso de cubrebocas, lavado frecuente de manos y no salir de casa si no es por algo esencial; mantener las rutinas; no descuidar la higiene personal; si se tenía una actividad física, adaptarla a la circunstancia; si se trabaja desde casa, no extender o modificar los horarios.
Además, conservar el contacto con familiares y amigos mediante todas las herramientas que la tecnología ofrece; dormir y alimentarse bien; evitar hacer predicciones; prescindir del consumo de alcohol y el de cualquier otra sustancia, así como limitar el tiempo frente a las pantallas.
Revela que no hay evidencia de beneficios en cuanto al uso de tapetes desinfectantes, vaporizadores o lavar las verduras varias veces. Lo que sí implican, destaca, es un desgaste mental y un desgaste en tiempo y dinero.
AYUDA
La psicóloga Hilda Gabriela Galindo Solano, quien labora en el Instituto Municipal de las Mujeres de Xalapa, recomienda buscar ayuda profesional si hay imposibilidad para lidiar con la situación; de esta manera, dice, se estará en posibilidad de encontrar alternativas que se adapten a las necesidades particulares.
En un primer momento, su consejo es analizar qué te puedes costear: si eres derechohabiente de algún servicio médico, acude para que te canalicen con un psicólogo o psiquiatra; si tienes los recursos económicos, la opción es un particular.
Lo idóneo es que se haga algo habitual el interés y el cuidado por la salud mental, en las personas de todas las edades
Gabriela Galindo menciona que hay quienes temen un primer encuentro o han tenido malas experiencias con psicólogos y se niegan a volver, a ellos les dice que siempre hay oportunidad de cambiar con un profesional con quien haya confianza, algo fundamental para sentirse cómodo e iniciar el proceso de responsabilizarse de uno mismo.
Exhorta a no anular las dolencias o lo que lastima, ya que, afirma, desde antes de la pandemia todos los seres humanos tenían alguna emoción bloqueada y la pandemia ya la destapó o lo hará en cualquier momento.
Ante ello, alienta a todos a tomar las riendas de sus propias vidas con la convicción de que no es fácil ni sencillo, pero sí se puede y hay profesionales para dar la contención requerida.