Orizaba, Ver.- A consecuencia de Covid-19 falleció don Isaac Guzmán, quien vendió fruta picada en bolsitas por casi cinco décadas en la esquina de Oriente 4 y Sur 31, a generaciones de estudiantes que llegaban hasta ese lugar para comprar una o varias bolsitas de la fruta deliciosamente picosa.
Familiares y amigos le dieron hoy el último adiós y sólo un reducido grupo lo acompañó al cementerio para darle cristiana sepultura. Al enterarse de su fallecimiento, vecinos del lugar donde vendía dijeron que extrañarán al famoso septuagenario que de lunes a viernes se instalaba con su carretón en la esquina del Instituto de la Veracruz.
Deja en la orfandad a dos nietos que estaban bajo su cuidado, y viuda a su compañera de toda la vida, quien también está enferma. Recuerdan que don Isaac era muy puntual, a la 1:30 de la tarde ya estaba en la esquina esperando la salida de los estudiantes, a pesar de la lluvia, viento, calor o frío. Era muy extraño no verlo en ese lugar, pues vivía de la venta de jícamas, duraznos, naranja, papas extranjeras, coco, piña o cacahuates con chile.
Caminaba empujando el carretón una hora, desde su casa en Sur 11, muy cerca de Jalapilla, hasta la Oriente 4 y Sur 31, aunque a su paso la gente lo detenía para comprarle.
Por el cierre de las escuelas dejó de haber clientes como antes. Durante ese tiempo la situación económica se complicó y sólo sobrevivía él y su familia con lo que ganaba su esposa con la venta de antojitos y lo que vendía de fruta. Agradeció siempre el apoyo que su clientela le daba, ya fuera en especie o económica.
El motivo que lo empujaba a trabajar eran sus dos nietos, que su nuera le entregó cuando los pequeñitos tenían dos y un año de edad.
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“¿Con chile para hombre o para medio hombre?”, era la frase con la que don Isaac recibía a sus clientes, y es que el chilito en polvo que utilizaba picaba más de lo normal, pero le daba un excelente sabor la fruta.
Los clientes lo recordarán con la sonrisa amable con que los recibía y la calidez de su trato, pues nunca puso mala cara, decía que trataba bien a su cliente para que volviera con gusto a comprar otro día. Descanse en paz don Isaac.