/ lunes 10 de mayo de 2021

Unos quieren regresar a clases, otros tienen miedo

Las escuelas han estado siendo limpiadas por los padres de familia y maestros, con recursos propios al no tener los kits de limpieza

Niños, papás y maestros están emocionados por el regreso a clases presencial, aunque algunos aún tienen sus reservas, temor y sobre todo porque a ciencia cierta no saben cómo estará la organización. Por otro lado, las escuelas han estado siendo limpiadas por los padres de familia y maestros, con recursos propios porque las autoridades no les han dado los famosos kits de limpieza.

Rosa Elvira Amador, madre de dos niñas, una de primaria y otra de secundaria, dijo que está de acuerdo en que por fin sus hijas regresen a clases porque “no es lo mismo, las clases a distancia fueron solo una manera de entretenerlas, pero que yo vea que hubo avance, la verdad no”.

Dijo que no le preocupa mucho porque sus niñas son muy sanas, además en las escuelas a donde ellas van, primaria Rafael Ramírez y Telesecundaria Juan Escutia cuentan con pocos alumnos.

Consideró que no es culpa de maestros ni de alumnos el bajo nivel con el que los niños retomarán sus clases, porque la pandemia “nos agarró desprevenidos, pero la verdad es que el nivel no era tan bueno; en mi caso lo único que pude hacer fue ponerlas a leer y a que vieran por internet videos de matemáticas porque yo la verdad de eso ya no sé nada”.

En ese contexto, dijo sentir temor, pero también sabe que la vida continúa por lo que ha enseñado a sus hijas a extremar las medidas de higiene, con sus manos, su cara y con su ropa.

Su hija Mariana, que está en segundo de secundaria, comentó que está emocionada porque no ha visto a sus amigos en más de un año, porque muchos no tenían teléfono ni internet. Abundó que le gusta mucho la escuela porque hay canchas y tienen muchos espacios verdes, y que ya la extrañaba, así como a su maestra.

La maestra Adriana Baizabal Galindo aseguró que ha tenido sentimientos encontrados, pues por un lado está emocionada de poder regresar a impartir sus clases presenciales, en lo que ha encontrado mucho apoyo por parte de las mamás de sus alumnos que se han prestado a limpiar el salón de clases y a elegir los materiales que sirven y los que ya no; pero por el otro aún tiene dudas de cómo se organizarán porque se decía que los niños podrían tener clases de hora y media, cada pequeño grupo, aunque media hora se les irá en el ingreso, por lo que prácticamente les quedará sólo una hora para la clase, lo que considera no alcanzaría para lo que quiere y debe enseñar.

Puntualizó que por el número de alumnos que tiene, sólo tres en primer grado, y 85 en todo el plantel vespertino, no habría mucho problema porque la escuela es amplia, sin embargo en algunas ocasiones no cuentan con agua y entonces se tendría que tener más cuidado con el uso de gel para mantener las manos desinfectadas.

José Pérez Palestina, padre de una niña de primer grado de primaria, considera que por un lado está bien que ya haya clases presenciales sobre todo porque es mentira que los niños hayan aprovechado sus clases en línea, aunque por el otro aún siente temor porque aunque su niña es disciplinada y es la primera en pedir el uso del cubreboca a su familia, interactuará con niños que quizá no guarden la distancia ya sea por el gusto de verse, por jugar o simplemente porque se les olvide.

Asentó que está tratando de ser muy positivo, de coordinarse con los maestros para la limpieza de la escuela y en la cooperación con los productos de limpieza porque quiere que todo sea para bien.

Roberto Daniel Rojas, quien cursa primero de secundaria en la General número 7, está muy emocionado porque ni siquiera conoce su escuela, ni a todos sus compañeros, solo a dos o tres vecinos que quedaron en la misma escuela que él, por lo que ya quiere asistir de manera presencial porque quiere tener clases de dibujo, quiere usar las canchas de basquetbol y saber qué se siente realmente ir a la secundaria.

Manuela María Alcázar, quien tiene dos hijos, uno en tercero de secundaria y otro en primer grado, dijo que espera que las autoridades educativas entiendan que luego de más de un año sin clases los uniformes ya no le quedan al mayor, y al pequeño no le compró porque no hacía falta. “Espero comprensión en ese caso porque a lo mejor el del mayor le quedará al otro, pero ya no voy a comprar uniforme para unos meses, porque se me viene el ingreso a la prepa y también tendré que comprar uniforme”.

Está de acuerdo en que sus hijos vuelvan a la escuela de manera presencial, porque ya les hace falta, “necesitan gastar energías, porque en la casa se ponían hasta de malas”, dijo.

Finalmente Luz del Carmen Romero Torres, madre de una niña de sexto de primaria, comentó que su hija está muy emocionada de volver porque aunque sabe que no habrá graduación ni fiesta de salida, le da mucho gusto volver a ver a sus amigas y compañeros antes de que cada uno se vaya a secundarias diferentes.

Dijo que como la ve tan contenta y emocionada, ella también lo está, y que lo único que le recomienda es que tome todas las medidas para que ninguno se vaya a enfermar y todos puedan terminar bien su primaria.

Niños, papás y maestros están emocionados por el regreso a clases presencial, aunque algunos aún tienen sus reservas, temor y sobre todo porque a ciencia cierta no saben cómo estará la organización. Por otro lado, las escuelas han estado siendo limpiadas por los padres de familia y maestros, con recursos propios porque las autoridades no les han dado los famosos kits de limpieza.

Rosa Elvira Amador, madre de dos niñas, una de primaria y otra de secundaria, dijo que está de acuerdo en que por fin sus hijas regresen a clases porque “no es lo mismo, las clases a distancia fueron solo una manera de entretenerlas, pero que yo vea que hubo avance, la verdad no”.

Dijo que no le preocupa mucho porque sus niñas son muy sanas, además en las escuelas a donde ellas van, primaria Rafael Ramírez y Telesecundaria Juan Escutia cuentan con pocos alumnos.

Consideró que no es culpa de maestros ni de alumnos el bajo nivel con el que los niños retomarán sus clases, porque la pandemia “nos agarró desprevenidos, pero la verdad es que el nivel no era tan bueno; en mi caso lo único que pude hacer fue ponerlas a leer y a que vieran por internet videos de matemáticas porque yo la verdad de eso ya no sé nada”.

En ese contexto, dijo sentir temor, pero también sabe que la vida continúa por lo que ha enseñado a sus hijas a extremar las medidas de higiene, con sus manos, su cara y con su ropa.

Su hija Mariana, que está en segundo de secundaria, comentó que está emocionada porque no ha visto a sus amigos en más de un año, porque muchos no tenían teléfono ni internet. Abundó que le gusta mucho la escuela porque hay canchas y tienen muchos espacios verdes, y que ya la extrañaba, así como a su maestra.

La maestra Adriana Baizabal Galindo aseguró que ha tenido sentimientos encontrados, pues por un lado está emocionada de poder regresar a impartir sus clases presenciales, en lo que ha encontrado mucho apoyo por parte de las mamás de sus alumnos que se han prestado a limpiar el salón de clases y a elegir los materiales que sirven y los que ya no; pero por el otro aún tiene dudas de cómo se organizarán porque se decía que los niños podrían tener clases de hora y media, cada pequeño grupo, aunque media hora se les irá en el ingreso, por lo que prácticamente les quedará sólo una hora para la clase, lo que considera no alcanzaría para lo que quiere y debe enseñar.

Puntualizó que por el número de alumnos que tiene, sólo tres en primer grado, y 85 en todo el plantel vespertino, no habría mucho problema porque la escuela es amplia, sin embargo en algunas ocasiones no cuentan con agua y entonces se tendría que tener más cuidado con el uso de gel para mantener las manos desinfectadas.

José Pérez Palestina, padre de una niña de primer grado de primaria, considera que por un lado está bien que ya haya clases presenciales sobre todo porque es mentira que los niños hayan aprovechado sus clases en línea, aunque por el otro aún siente temor porque aunque su niña es disciplinada y es la primera en pedir el uso del cubreboca a su familia, interactuará con niños que quizá no guarden la distancia ya sea por el gusto de verse, por jugar o simplemente porque se les olvide.

Asentó que está tratando de ser muy positivo, de coordinarse con los maestros para la limpieza de la escuela y en la cooperación con los productos de limpieza porque quiere que todo sea para bien.

Roberto Daniel Rojas, quien cursa primero de secundaria en la General número 7, está muy emocionado porque ni siquiera conoce su escuela, ni a todos sus compañeros, solo a dos o tres vecinos que quedaron en la misma escuela que él, por lo que ya quiere asistir de manera presencial porque quiere tener clases de dibujo, quiere usar las canchas de basquetbol y saber qué se siente realmente ir a la secundaria.

Manuela María Alcázar, quien tiene dos hijos, uno en tercero de secundaria y otro en primer grado, dijo que espera que las autoridades educativas entiendan que luego de más de un año sin clases los uniformes ya no le quedan al mayor, y al pequeño no le compró porque no hacía falta. “Espero comprensión en ese caso porque a lo mejor el del mayor le quedará al otro, pero ya no voy a comprar uniforme para unos meses, porque se me viene el ingreso a la prepa y también tendré que comprar uniforme”.

Está de acuerdo en que sus hijos vuelvan a la escuela de manera presencial, porque ya les hace falta, “necesitan gastar energías, porque en la casa se ponían hasta de malas”, dijo.

Finalmente Luz del Carmen Romero Torres, madre de una niña de sexto de primaria, comentó que su hija está muy emocionada de volver porque aunque sabe que no habrá graduación ni fiesta de salida, le da mucho gusto volver a ver a sus amigas y compañeros antes de que cada uno se vaya a secundarias diferentes.

Dijo que como la ve tan contenta y emocionada, ella también lo está, y que lo único que le recomienda es que tome todas las medidas para que ninguno se vaya a enfermar y todos puedan terminar bien su primaria.

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