Orizaba, Ver.- Las mujeres víctimas de violencia familiar en la región están en la indefensión al no existir en la zona un albergue que esté a cargo del gobierno del estado donde puedan refugiarse. El único que existe está a cargo del Colectivo Cihuatlahtolli y no recibe apoyo de ninguno de los tres niveles de gobierno.
María de la Cruz Jaimes García, directora de dicha organización civil y de la Casa de la Mujer señaló que es urgente la creación de un espacio adecuado pues quienes buscan refugiarse son mujeres cuya vida está al borde del peligro si permanecen al alcance de sus parejas o cónyuges. “No pueden regresar al lado de su victimario pues se puede consumar hasta un feminicidio”, aseveró.
Recordó que La Casa de la Mujer la administran desde hace 20 años y desde que llegó el actual gobierno no reciben ningún tipo de apoyo desde hace tres administraciones estatales. “Nos dijeron que ya no nos podían apoyar con nada”, apuntó.
Anteriormente se apoyaban con recursos que les enviaba la Federación a través del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (Paimef), de Indesol, que les otorgaba 30 mil pesos en especie para alimentación y artículos de limpieza.
“Eran 30 mil pesos lo que nos daban de alimentos, 7 mil pesos en artículos de higiene personal y 7 mil pesos en productos de limpieza. Muchas veces no lo daban como lo marcaba el programa, que cada mes tenían que ir dando una parte y a los seis meses se concluía; nos venían a dejar todo o venían y lo compraban acá y nosotros les acompañábamos para ver qué era lo que más necesitábamos. Teníamos por lo menos los artículos básicos y canasta básica; nos llegaba una buena reserva y lo usábamos los seis meses que no teníamos recursos", señaló.
Actualmente hay dos mujeres refugiadas, dos más buscaron a algún familiar para permanecer durante la cuarentena por la pandemia y aunque los gastos disminuyeron, para poder atender a quienes ahí permanecen, los integrantes del colectivo dan su aportación.
Jaimes García señaló que con la aportación que hace la Fundación Semillas pagan la renta, pero el resto de pagos como son luz, teléfono y alimentación, alrededor de 10 mil 500 pesos mensuales, los absorbe el colectivo.