Xalapa, Ver.- De ser el único país que sembraba vainilla, hoy México apenas aporta el 1% de la producción mundial; países como Madagascar o Indonesia lideran el mercado.
La tendencia de producción mexicana va a la baja, pese a que es un cultivo muy redituable, la apuesta es fomentar el rescate de su cultivo y consumo, indicó la doctora Rebecca Menchaca García, investigadora del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana.
Como parte de esta tarea, México será sede del Tercer Congreso Internacional de la Vainilla, a realizarse del 5 al 8 de marzo en Papantla, lugar emblemático de la llamada flor negra.
NATIVA DE MÉXICO, EN PELIGRO
La orquídea de donde se extrae la vainilla es originaria de nuestro país, específicamente de zonas de selva tropicales, se dedican principalmente a su siembra Puebla, Oaxaca y Veracruz, que lidera la producción nacional.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) la producción del saborizante fue de 512 toneladas en 2016, de las cuales Veracruz aportó más de 400.
De las 15 especies de vainillas mesoamericanas, nueve se encuentran en México; Veracruz cuenta con la Vainilla de Papantla (Vanilla Planifolia Andrews), la cual ostenta Denominación de Origen (D.O.), es decir, está certificada como única por su origen, calidad y componentes, lo cual protege los extractos y derivados; 39 municipios de nuestra entidad y Puebla tiene esta D.O.
No obstante, señala la Mechaca García, "la vainilla tiene mucha problemática, por diversos factores, como plagas, enfermedades, cambio climático y demás; el cultivo de la vainilla está en grave riesgo y está considerada incluso como una especie amenazada".
Agregó que la amenaza radica en que podría desaparecer la orquídea nativa, pues sólo se han ido trasplantando tallos de la original: "la amenaza es porque su potencial genético se ha reducido mucho; el cultivo de la vainilla son flores, son pedazos de tallo que se siembran y no tienen mucha diversas genética, eso las hace susceptibles de plagas y enfermedades".
Los retos para los investigadores en este campo son "generar líneas de resistencias a todas esas plagas, mayor tolerancia al cambio climático, fomentar que no se acabe el cultivo de la vainilla, porque tiene una importancia cultural muy grande, sobre todo para el pueblo totonaco, y que se promueva el uso de la vainilla natural", agregó la investigadora.
COMPETENCIA DESLEAL
Además de las plagas y cambio climático, la vainilla se enfrenta a la competencia de la vainilla artificial, mucho más barata de producir y por lo tanto con más dividendos para comercializadores y más atractiva al bolsillo del consumidor.
Mientras que la esencia natural puede costar desde 80 a 300 pesos una botella de 500 mililitros, en los supermercados el litro de la sintética se ubica desde los 35 pesos. Sin embargo, ésta no posee ningún valor nutrimental e incluso es dañina para la salud.
"Mientras que la vainilla natural es antidepresiva y en pruebas de laboratorio ha demostrado ser anticancerígena; la artificial se extrae de desechos de celulosa, que son perjudiciales para la salud humana, desgraciadamente no hay una regulación; en el súper u otros lados lo más común es que encontremos la artificial, por eso otro de nuestros objetivos es difundir que las personas deben comprar directamente a los productores; la artificial es más barata, pero sin duda en dañina para la salud", agregó Menchaca.
Por su parte la doctora Citlali López, directora del Citro, agregó que además de los beneficios a la salud de la vainilla tradicional otro punto es que ésta se reproduce en sistemas agroforestales, es decir, "que beneficia no solamente a los productores sino a todo el ecosistema; no sólo se conserva la especie, sino a toda una variedad de árboles que acompañan a la vainilla y que son medicinales o alimenticios; favorece el paso de aves, convivencia de mamíferos, etc."
De ahí que la tarea sea fomentar un cambio de hábito en el consumidor, que busque la esencia original y compre al pequeño productor.
CONGRESO INTERNACIONAL
Estudiosos de México y otras partes del mundo donde la vainilla se produce se han dado a la tarea de investigar a la orquídea con la finalidad de protegerla y fomentar su producción sustentable.
La primer semana de marzo Papantla será sede del Tercer Congreso Internacional de la Vainilla, organizado por el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro), la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UV, y el ayuntamiento de Papantla, donde asistirán 13 países, tales como Argentina, Bélgica, Brasil, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, India, Reino Unido, Perú y Puerto Rico.
Dentro de las actividades se tienen programadas seis ponencias magistrales, talleres, foros, presentaciones de libros, visitas guiadas por campos de producción y actividades culturales.
Los ejes de discusión de los especialistas serán agroecosistemas, biotecnología, ecología y conservación, historia, cultura, innovación y desarrollo tecnológico.
Destaca el foro abierto con productores para el 8 de marzo donde el objetivo es escuchar las problemáticas y dudas de quienes se dedican a sembrar la vainilla. La inauguración se realizará el 5 de marzo a las 9:00 horas en el Mural Homenaje a la Cultura Totonaca. Para mayor información puede visitar el sitio web III Congreso Internacional de la Vainilla.