El paso por México se ha convertido en el “inframundo” para las personas migrantes asegura Germán Guillermo Ramírez Garduza, representante de la casa del migrante Santa Faustina Kowalska en Coatzacoalcos quien reconoce que las personas que buscan llegar a Estados Unidos tienen que soportar inseguridad, discriminación y las duras condiciones del camino.
Entrevistado en el marco de la llegada de la Caravana Migrante por el sur de la entidad, Ramírez Garduza explica que, pese a las dificultades, en los últimos años la mayoría de la migración está conformada por familias completas quienes abandonan sus países de origen en busca de mejores oportunidades de vida para los suyos.
“Hemos visto muchos cambios, hace veinte años veíamos pasar a puros hombres, de 10 años para acá ya venían jóvenes y mujeres, pero actualmente la mayor parte de los que vienen son familias enteras, estamos hablando de que viene el papá, la mamá, los hijos pero también los tíos, los primos, los suegros, todos ellos”, dice.
También la nacionalidad de quienes migran ha cambiado, advierte Ramírez Garduza, ya que el flujo de personas dejó de ser exclusivo de Honduras y El Salvador y actualmente se ven a personas de Haití, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, Cuba y hasta Brasil.
El encargado de la casa del migrante explica que en estos primeros días de la semana no se ha presentado un incremento en el flujo de población migrante y que siguen llegando “lo de siempre” que son entre 100 a 200 personas al día. No obstante, advierte que para el fin de semana se vislumbra el arribo del grueso de la Caravana Migrante por lo que esperan la llegada de más de 2 mil personas durante estos días tan solo en Coatzacoalcos. “Desafortunadamente no tenemos la infraestructura para apoyarlos como se manda y como nosotros quisiéramos”, dijo.
En ese sentido, asegura que la casa del migrante tiene capacidad para recibir hasta a 150 personas por lo que una vez que sea rebasado este número se les brindará asilo temporal y alimentación en las casas particulares de los integrantes de la agrupación. La última opción, explica, es darles acompañamiento en la playa para que acampen al aire libre durante el tiempo que lo necesiten. “Nosotros no tenemos apoyo del gobierno así que se da lo que se puede (…) pero aún sin recursos lo que buscamos es que ellos se sientan acompañados y que ninguno se quede sin ir al baño, dormir o comer en caso de que lo requieran”.
Precisa que además del alimento y el asilo, se les brinda una plática sobre los riesgos que se corren en el paso por el territorio nacional, así como aquellos delitos de los que pudieran ser víctimas.
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El religioso, expuso que se les motiva a quedarse en México en calidad de refugiados y a quienes aceptan este esquema se les ofrece asesoría, aunque reconoce que son los menos. “Muchos de los que pasan, por lo que han vivido aquí en México, no quieren quedarse, quieren llegar al norte para establecerse con la familia completa y si dejaron a alguien en sus países poderles mandar recursos para que no les falte el pan”.