En 1996, durante el proceso para reelegir a Bill Clinton como presidente de Estados Unidos, 16 de los 18 condados de Texas que hacen frontera con México votaron por el candidato demócrata.
Con ligeras variaciones, el predominio del partido azul se mantuvo durante casi tres décadas en esos territorios que se caracterizan por tener una elevada presencia de población de origen mexicano.
Se pensaba entonces que los ciudadanos mexicano-americanos radicados en la franja fronteriza comulgaban con la agenda liberal y que eran una clientela leal al partido demócrata.
Este 2024, las cosas cambiaron radicalmente. En las recientes elecciones presidenciales, 14 de los 18 condados fronterizos dieron su apoyo al republicano Donald Trump, lo que revela el avance de la “ola roja” en un feudo que parecía impenetrable y muestra la debacle de la causa demócrata en la frontera con México.
“El voto mexicano-americano de la frontera sur de Texas, que era tradicionalmente azul, se ha ido convirtiendo paulatinamente en un voto rojo, en un voto republicano”, afirma la exembajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui.
“Hay muchas razones que pueden explicar ese fenómeno, pero una de las principales es que el voto mexicano-americano es esencialmente un voto conservador”, agrega la diplomática.
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Nuevos tiempos
De los tres mil 244 condados que tiene Estados Unidos, unos 63 cambiaron de preferencia partidista en las elecciones del pasado 5 de noviembre: todos mudaron de demócrata a republicano
De ellos, el giro más radical se reportó en Maverick, Texas, condado con poco más de 57 mil habitantes y cuya principal ciudad es Eagle Pass, fronteriza con Piedras Negras, Coahuila, donde el año pasado se registró una crisis humanitaria debido a miles de migrantes que se quedaron varados esperando la oportunidad de cruzar a suelo estadounidense.
En Maverick, de acuerdo con la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (American Community Survey), que realiza la Oficina del Censo de Estados Unidos, 91 por ciento de la población es de origen mexicano y en los pasados comicios el voto a favor de Trump creció 28 puntos porcentuales, respecto a las elecciones de 2020.
En ese pequeño condado hacía más de 30 años que no ganaba un candidato republicano a la presidencia. El puente internacional que conecta a Piedras Negras con Eagle Pass es una de las aduanas más transitadas en la frontera México-Estados Unidos, lo que implica una gran interacción entre ambas ciudades, tanto en el aspecto económico como en lo social.
La economía de Maverick depende del comercio fronterizo, el tráfico turístico, los negocios agrícolas y ganaderos, así como de las industrias de producción de petróleo y gas. En Eagle Pass se pueden encontrar colonias enteras de mexicanos y restaurantes tex-mex, una fusión de la comida mexicana con las recetas de los residentes de Texas.
Maverick es además uno de los condados donde mayor aceptación ha tenido la Operación Estrella Solitaria del gobernador republicano Greg Abbott, quien no sólo ha desplegado centenas de agentes fronterizos y de la Guardia Nacional de Texas, sino que también colocó un muro hecho con contenedores, dispuso alambre de púas a lo largo del río Bravo y ha detenido y enviado a miles de indocumentados hacia los estados demócratas que son tolerantes con la migración, principalmente a California y Nueva York.
Además, Texas cuenta con una de las legislaciones antimigrantes más duras de Estados Unidos, la Ley SB4, que entre otras cosas, permite a las autoridades locales detener y deportar migrantes y que ha sido sujeta a debate en la Corte Suprema de ese país.
Es la economía
El segundo condado con el vuelco más notable hacia los republicanos es Webb, también texano y también fronterizo con México. En este territorio, el voto a favor de Trump creció 25 puntos porcentuales respecto al año 2020.
De sus 267 mil habitantes, 241 mil son de origen mexicano, lo que representa 90.3 por ciento de su población total. La sede del gobierno está en la ciudad de Laredo, fronteriza con Nuevo Laredo, Tamaulipas, y principal cruce de mercancías y personas en toda la frontera común.
Sobre las razones de la metamorfosis de los votantes mexicano-americanos en la frontera sur de Texas, los medios estadounidenses lo atribuyen a la economía. Alrededor de 35 por ciento de todos los votantes hispanos de Texas consideran que su principal problema es el empleo y el ingreso.
Aunque la economía estadounidense se recuperó mejor que otras del mundo después de la pandemia de Covid-19 y el empleo ha crecido de manera sostenida, las encuestas revelan que los hispanos de Texas opinan que su situación económica no ha mejorado, principalmente a causa de la inflación, que mantiene elevados los costos de los alimentos y de la vivienda.
Así, aunque la campaña de Donald Trump se basó en tomar medidas radicales contra la migración, tales como cierre de fronteras, construcción del muro fronterizo, redadas y deportaciones masivas de indocumentados, las comunidades de origen mexicano han sido seducidas por las ofertas del republicano de mejorar el ingreso y mitigar el aumento de precios.
En tercer lugar se ubica Starr, condado donde 91 por ciento de sus 65 mil habitantes son de origen mexicano y que desde finales del siglo XIX había votado por candidatos demócratas a la Casa Blanca. Con 58 por ciento de los votos, Trump es el primer republicano en más de un siglo que gana las elecciones en este enclave cuya principal urbe es Río Grande City.
“Los texanos de la frontera enviaron un mensaje claro”, dijo el gobernador Greg Abbott en un comunicado publicado la misma noche de la elección. “Quieren calles más seguras, una frontera segura, una economía fuerte y la oportunidad de elegir la mejor escuela para sus hijos. Y eso es exactamente lo que estos candidatos republicanos ofrecerán a sus electores, especialmente a nuestros nuevos aliados republicanos que hicieron historia esta noche al lograr victorias abrumadoras en el sur de Texas”.
Las preocupaciones por la inflación y la gran cantidad de cruces fronterizos no autorizados en los últimos años dominaron la campaña en el condado de Starr. Los votantes que apoyaron a Trump dijeron a la prensa local que lo habían hecho principalmente por razones prácticas y por la preocupación por la inmigración descontrolada.
Banderas conservadoras
En cuarto lugar se encuentran los tres condados que forman el llamado Valle del Río Grande, donde por primera vez en 30 años ganó un candidato presidencial republicano. Se trata de Cameron, Hidalgo y Villacy, donde el voto por Trump aumentó 19 puntos porcentuales respecto de los resultados de los comicios de 2020.
En Cameron y Villacy, 85 por ciento de la población es de origen mexicano, en Hidalgo es de 88 por ciento.
Una señal de que el voto mexicano-americano se está volviendo conservador es el impacto que tuvo la campaña antitransgénero para que los republicanos ganaran simpatías en bastiones que se consideraban demócratas.
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El sitio de noticias The Texas Tribune publicó el 8 de noviembre un reportaje en el que documenta que la campaña del senador Ted Cruz para la reelección se centró en anuncios en los que condena la ideología de género y señala que “niños y niñas son diferentes”, que los varones no pueden jugar en equipos deportivos femeniles y en los que culpa a los demócratas de promover el cambio de género.
Ted Cruz no sólo ganó la reelección a senador con 53 por ciento de los votos frente a su rival demócrata Colin Allred (44 por ciento), sino que se alzó con la victoria en una decena de condados fronterizos.
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