Desde que Gabriel Boric comenzó su campaña presidencial en Chile, las dudas sobre qué cargo utilizaría -en caso de que saliera electo- Irina Karamanos, su pareja desde el 2019, asaltaban a los chilenos.
Antes de asumir la Presidencia, Boric afirmó que estaba a favor de abolir la función de primera dama: “No puede haber cargos en el Estado que tengan que ver o estén relacionados con el parentesco del presidente o con nadie”, dijo en campaña.
Después, Karamanos prometió darle un giro al puesto, así como una visión “más feminista”. Pero desde el hecho de no estar casados hasta la propuesta fallida de renombrar el cargo pusieron de nuevo en la mira la influencia que la “primera dama” ejerce sobre el mandatario.
El cargo no está regulado en Chile y no recibe remuneración, pero maneja el millonario presupuesto de siete organizaciones sociales a partir de la dirección sociocultural de la presidencia de la república.
El 22 de junio, el gobierno izquierdista dejó sin efecto una resolución que denominaba al despacho de la primera dama como “Gabinete de Irina Karamanos”.
En medio de una fuerte polémica en redes sociales y una queja formal ante la Contraloría por parte de parlamentarios de la derecha opositora, el gobierno anunció que “(dejó) sin efecto la modificación”, en la que también se precisaban las funciones de la primera dama.
Legisladores de derecha habían considerado “inconstitucional” la resolución y estimaron que “(nombrar) a la institución con el mismo nombre de la persona que la ejerce, es un claro abuso de poder”.
“¿En qué momento nuestra República se convirtió en una Monarquía? ¿Por qué Karamanos tiene un gabinete con nombre y apellido? ¿Por qué el Estado está al servicio de ellos y no de los chilenos? Que vergüenza”, comentó el Twitter el excandidato presidencial ultraconservador, derrotado por Boric, José Antonio Kast.
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También generó diferencias en el movimiento feminista chileno, desde donde fue criticada por aceptar un cargo anacrónico pero también respaldada por su intención de reformularlo “desde dentro”.
Los medios chilenos también aseguran que Karamanos es la consejera política y confidente de Boric, y que fue una de las encargadas de recolectar las 34 mil firmas que necesitaban para resgistrar la coalición electoral que lo llevó al triunfo.