Los kurdos de Siria llamaron ayer a la población a tomar las armas para defender el enclave de Afrin, el norte del país, en el cuarto día de una ofensiva de Turquía.
Turquía siguió su operativo con el bombardeo a una milicia kurda en el norte de Siria, cuando Estados Unidos advertía que los combates pueden desestabilizar una región que hasta ahora se ha mantenido al margen del conflicto sirio.
Las autoridades kurdas informaron sobre el decreto de una "movilización general" e invitaron "a todos los hijos de nuestro pueblo a defender Afrin", indica un comunicado de las autoridades kurdas del cantón de Jaziré, en el nordeste sirio.
Ayer se produjeron violentos enfrentamientos en la región Afrin, bastión de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), milicia kurda que Turquía repudia pero que cuenta con el respaldo de Estados Unidos, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Esta ofensiva lanzada el sábado por el ejército turco bajo el nombre de "Ramo de olivo" abre un nuevo frente en el complejo conflicto sirio que ha generado preocupación y críticas en Estados Unidos y en la Unión Europea.
"La violencia de Afrin perturba una región siria que hasta ahora era relativamente estable", dijo en Yakarta el secretario de Defensa de EU, Jim Mattis.
Desde el inicio de la operación, murieron cerca de 60 combatientes de las YPG y de los grupos rebeldes sirios proturcos, además de 24 civiles, la mayoría víctimas de bombardeos de Turquía, según informó el OSDH.
El lunes murió el primer soldado turco, que fue enterrado ayer en Ankara en presencia de dirigentes de su país, entre quienes se destacó el presidente Recep Tayyip Erdogan.
La ofensiva militar ocurre en paralelo con la represión en Turquía contra internautas