PARIS, Francia - La canciller alemana Angela Merkel y el vicepresidente norteamericano Mike Pence se enfrentaron ayer en un tenso duelo verbal al defender dos visiones diferentes de la relación entre Estados Unidos y Europa.
En su discurso ante Conferencia de Seguridad de Múnich, pronunciado con el tono de un sermón, el número dos del gobierno norteamericano acusó a Irán de ser el "mayor patrocinador del terrorismo mundial", interferir en los conflictos de Siria y Yemen, y "preparar un nuevo Holocausto".
La Conferencia de Seguridad de Múnich, que se realiza anualmente en esa ciudad alemana, es el foro internacional más importante en materia de seguridad y defensa, en el cual participan —desde 1963— los dirigentes más influyentes del mundo.
En su defensa de la estrategia multilateral de Washington en materia internacional, Pence acusó una vez más a Europa de “menospreciar las sanciones de Estados Unidos contra el régimen revolucionario y homicida” de Irán. “Llegó la hora de que nuestros socios europeos nos respalden a nosotros y al pueblo iraní, a nuestros aliados y amigos en la región […] y se retiren del pacto nuclear con Irán”, sentenció.
El vicepresidente instó a la Unión Europea (UE) a “enterrar la búsqueda consenso” y a respaldar las posiciones de Washington en los temas más importantes de las relaciones internacionales. Como ejemplo concreto, se refirió a “la presión económica y diplomática necesaria” que ejerce Estados Unidos “para dar al pueblo iraní, a la región y al mundo la paz, seguridad y libertad que se merecen".
También reiteró los reproches de Donald Trump sobre la contribución de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) al presupuesto de la alianza atlántica. “Muchos de nuestros aliados de la OTAN necesitan hacer más”, insistió.
En respuesta a ese mensaje, Merkel presentó un panorama inquietante de la desintegración del sistema internacional. “La arquitectura que apuntala el mundo […] es un rompecabezas que se ha roto en pequeños pedazos”, dijo en una clara alusión a los esfuerzos que desarrolló Trump desde que llegó a la Casa Blanca, hace dos años, para destruir las estructuras que sostenían el orden internacional construido desde 1945.
La canciller describió los resultados de esa política en términos dramáticos: “Veo un programa [de rearme] de misiles balísticos, veo a Irán en Yemen y, sobre todo, veo a Irán en Siria”. "La única cuestión que se interpone entre nosotros en este asunto es, ¿ayudamos a nuestra causa común, nuestro objetivo común de contener el desarrollo dañino o difícil de Irán, retirándonos del único acuerdo que subsiste? ¿O la ayudamos más manteniendo la pequeña ancla que tenemos para tal vez ejercer presión en otras áreas?".
“El desorden mundial abre una nueva era de incertidumbre global”, sentenció.
La canciller alemana también cuestionó la conveniencia de un rápido retiro de tropas norteamericanas de Siria. "¿Eso no está también fortaleciendo las posibilidades de que Irán y Rusia ejerzan allí una mayor influencia?", agregó.
En cambio, respaldó a Washington sobre el desarme nuclear. “Debido a las violaciones cometidas por Rusia”, era “inevitable” que Estados Unidos se retirará del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF por sus siglas en inglés), firmado en 1987.
Moscú siempre negó enfáticamente las violaciones. Estados Unidos argumenta que el pacto es un obstáculo para contrarrestar los misiles de alcance intermedio desplegados por China, que no es signataria del acuerdo. Pero Merkel interpretó que el fin de ese pacto, concebido “básicamente para Europa” donde estuvieron basados esos proyectiles durante la Guerra Fría, obliga al Viejo Continente a pugnar por un desarme futuro para proteger sus propios intereses.
La vibrante defensa de Europa y del multilateralismo realizada por Merkel fue saludada por los asistentes con una prolongada ovación.
Finalmente, el canciller ruso Seguei Lavrov aseguró que Europa perdió "miles de millones" por las sanciones aplicadas a su país tras "dejarse arrastrar" por Estados Unidos a “una confrontación sin sentido”. También aseguró que Rusia quiere una Unión Europea "fuerte, independiente y abierta" y "soberana" en defensa, aunque dudó de que "se le permita" lograrlo.
Poco antes Merkel había definido a Moscú como uno de los "enemigos de Europa" por la "guerra híbrida" que desarrolla contra algunos países de la UE.
Como el resto de los participantes, Lavrov expuso su preocupación por la actual situación. "La situación en Europa es tensa. Han aparecido nuevas grietas y se han ahondado las viejas", concluyó.