Zongolica, Ver. – Un par de volcaduras ocurridas la noche del miércoles y tarde de este jueves en caminos de esta serranía dejaron un saldo de dos personas sin vida y daños materiales cuantiosos.
Los fallecidos son Teodoro N de 62 años, maestro, con domicilio en barrio Cotlajapa, del municipio de Tequila, y Andrés N, de ocupación transportista.
El primer accidente ocurrió la noche del miércoles, cuando el profesor manejaba su vehículo sobre la carretera a la comunidad de Ocotempa.
En el lugar conocido como barranca de Ocotempa al parecer perdió el control del volante del automóvil que manejaba y se fue al voladero.
Algunos conductores se dieron cuenta del accidente y lo reportaron a las autoridades policiacas, por lo cual se trasladaron grupos de auxilio y de la Policía preventiva.
Lamentablemente se confirmó el deceso del profesor jubilado, por lo cual se dio parte al personal de la Fiscalía General del Estado con sede en este distrito, para que peritos criminalistas y detectives de la Policía Ministerial Acreditable acudieran a tomar conocimiento y dar fe.
Chofer perdió el control en Moayoapan
El otro percance ocurrió la tarde de este jueves cuando el fallecido Andrés N manejaba un camión materialista cargado con arena.
En el tramo de la comunidad Moayoapa-Mexcaltitla, ubicado en la sierra de Zongolica, el chofer perdió el control del volante y se fue a un barranco, en donde murió sepultado por la carga de su vehículo.
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Algunas personas que se dieron cuenta del accidentado trataron de darle ayuda, mientras otros solicitaron el apoyo de las autoridades policiacas para rescatarlo y solo confirmaron su fallecimiento.
Al igual que en el accidente anterior, las autoridades ministeriales se encargaron de tomar conocimiento y fe del hecho.
Ordenaron la recuperación del cuerpo para trasladarlo a la morgue en donde le sería practicada la necrocirugía de rigor para conocer las causas de muerte y deslindar responsabilidades.
Asimismo, los cuerpos serían preparados para que sus familiares se presentaran a reconocerlos y reclamarlos para darles sepultura.