Orizaba, Ver.- “Ninguna persona en México puede ser violentada ni perseguida por la ley si no hay una orden judicial de por medio”, dijo Tomás de Jesús, presidente de la Asociación Nacional e Internacional de Derechos Humanos (Anidh). Por su parte Jairo Guarneros Sosa, representante de la sociedad civil, opinó que es muy grave lo que sucedió en la Parroquia de Río Blanco, pues se violentó el derecho de asilo del ciudadano forastero, principio evangélico fundamental de la Iglesia católica.
En entrevista por separado, sobre la irrupción de elementos de la Guardia Nacional en un templo católico durante la misa, mientras perseguían a un indocumentado que se refugió en la iglesia, el representante de la Anidh, destacó que, en el caso de los migrantes, los Tratados Internacionales permiten que la gente busque asilo en el país a través de las instituciones.
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“Aunque por desgracia mucha gente ingresa al país de forma ilegal y por ello, la persona tiene miedo de poder acudir a una instancia y, al desconocer la ley sobre cómo proceden las leyes mexicanas para que puedan refugiarse o pedir asilo temporal, no lo hacen”, abundó.
Señaló que por cuestiones económicas o persecución política que pone en riesgo su vida, salen de su país y desconocen tanto los Tratados Internacionales como las leyes mexicanas y eso da oportunidad a que la autoridad, que por una parte desconoce la ley, y por otra se hace la que no ve, violenta sus derechos.
“Evidentemente, obligan a esta gente a esconderse o a hacer lo que hicieron ayer en Río Blanco. En los Tratados Internacionales, la ley prohíbe que cualquier persona sea violentada de la manera en que se hizo con este ciudadano extranjero y, sobre todo en una iglesia o un templo de culto religioso”, señaló.
Por qué se dice que la Guardia Nacional violento los derechos de un migrante
Expresó que ni la autoridad federal tiene facultades de irrumpir en un lugar de culto religioso porque la población tiene el derecho a la libre creencia y a la libre organización y reunión. “Ellos pueden reunirse cuántas veces quieran sin que ninguna autoridad irrumpa como lo hicieron”.
Hizo un llamado enérgico a la autoridad estatal, municipal y federal para que pongan atención, pues no pueden estar violando los derechos internacionales de las personas migrantes en Veracruz.
Por su parte, Jairo Guarneros Sosa, integrante de la Coordinadora de la Sociedad Civil, reconoció que lo ocurrido es muy grave, pues es una violación flagrante a los derechos de los ciudadanos en tránsito, ya que se viola el derecho al asilo del forastero.
“Se violentaron los derechos de la ciudadanía, que tiene que estar aguantando ese tipo de cosas. Me parece que la Guardia Nacional debe revisar detenidamente el respeto irrestricto a los derechos de todas las personas y, que quien irrumpió en la iglesia de esta manera debe ser sancionado inmediatamente y, corregido por ese absurdo de los elementos con una sanción pertinente, así como una disculpa hacia la ciudadanía”.
Agregó que el que crucen indocumentados en tránsito no los hace delincuentes y subrayó que sería conveniente que tuvieran un lugar donde puedan descansar antes de continuar su camino.
Señaló que aunque la Casa del Migrante, que estaba funcionando en la colonia Modelo no terminaría con los abusos hacia los indocumentados, podría darles, al menos, un lugar donde descansar unas horas. Tendría que volver a funcionar y no ser utilizada para otras cosas, destacó.
Lo que sí resolvería el problema de los abusos de elementos de las corporaciones policiacas, enfatizó, “es que el Gobierno Federal tenga una política clara, no de palabra, sino de hechos; una política migratoria que respete irrestrictamente los derechos de todas las personas en situación de tránsito”, apuntó.
La otra es que los indocumentados tuvieran la puntual intervención la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para poder orientar y acompañar la queja que puedan poner estas personas, que están siendo perseguidas como delincuentes”, concluyó.