Orizaba, Ver.- Un proyecto de títeres, que comenzó por el impacto de la pandemia a raíz del confinamiento con el propósito de ayudar a mantener la comunicación con los niños y ayudarlos a afrontar y superar una situación estresante, se convirtió poco a poco en una microempresa que permite a sus creadores obtener recursos y sostener a su familia.
Eder Alfonso Rocha, terapeuta y Héctor Miguel Solís Ávila, artista plástico, preocupados porque la pandemia redujo significativamente su trabajo unieron su creatividad e ingenio para crear títeres, que fueron requeridos por algunos docentes amigos que buscaban hacer atractivas, interesantes y amenas las clases que impartían a través de las plataformas sociales.
Nace como un proyecto enfocado, primero, a dar respuesta a los maestros para dar clases en línea y me veo en la necesidad de capacitarlos sobre cómo utilizar el títere, porque tiene su mecánica y normas
Así logró dar un valor agregado y realizar un taller donde nacieron los Eehh cabezones, que poco a poco ha crecido y “ahora son 10 muñecos los que tenemos en el catálogo”.
Este proyecto se refuerza con pedidos que psicólogos de Puebla, Ciudad de México, Veracruz, Chiapas e incluso de países como Venezuela hacen, para reforzar y hacer más atractivas sus terapias.
Los modelos, dijo, se hacen en base a lo que el cliente solicita, pues los utilizan para atender situaciones específicas como lo son terapias para quitar el miedo a la oscuridad en los niños, para dar clases de catecismo e incluso para aminorar el estrés y depresión tanto en niños como en adultos.
Hemos tratado de dar respuesta a las necesidades que afrontan y así trascienden nuestros títeres”, concluyó.